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2021 el año que nos cagó a todos.
Juan Carlos I de Borbón, Pedro Sánchez, Isabel Díaz Ayuso, el Coronavirus, Santiago Abascal, Pablo Casado, El Arzobispo de Toledo, Messi o La Nave Espacial de Bezos son algunos de los personajes que mejor representan el regusto que nos deja este 2021. Si en algún momento tuviste la esperanza de que la cosa podía ir a mejor, ahí estuvo la covid, el volcán de La Palma, VOX, los talibanes, Juancar, el precio de la luz, Puigdemont, la condena a Hasel, el juicio a David Suarez o el fallecimiento de Almudena Grandes para recordarnos que estamos rodeados y gobernados por una banda de hijos de puta sin escrúpulos. Así que no se nos ocurre mejor manera para despedir el año que hacer con ellos lo mismo que han hecho con nosotros durante los últimos 12 meses, ya sabéis en quién cagaros para decir adiós por todo lo alto a este año de mierda.
Navidad, esa época llena de ilusión en la que dejamos a un lado nuestras diferencias, olvidamos las discrepancias y nos centramos en todo aquello que compartimos, igual que Carles y Juancar. Dos hombres huidos por creer que la Constitución no es para ellos y unidos por un objetivo, pasar la Navidad en su país, que de momento es el mismo. Porque nada nos representa más que ponernos hasta el culo de cava, comer lechazo y langostinos hasta reventar, discutir con nuestro cuñado sobre política, opinar de todo a gritos, disgustarnos muchísimo con el vestido de la Pedroche en las campanadas o atragantarnos con las uvas. No hay nada que lo supere, ni todos los lujos de Oriente ni todos los gastos extraordinarios del exilio Belga juntos le llegan a la suela de los zapatos a una Navidad rodeado de los tuyos. Por eso os esperamos con los brazos abiertos, bueno con los brazos y también, con las puertas del juzgado. Éstas, de par en par, amics.
El Reality, la sección de información de Mongolia, aborda la cascada de denuncias de humoristas que advierten de "censura ultraderechista" en Movistar+ e indaga sobre su origen. El número aborda también la situación de otras grandes corporaciones mediáticas, como la propia Mongolia (tras la celebración de su junta anual), Prisa y Mediapro ante el anuncio de inyección económica de Orient Hontai, además de poner la lupa sobre el negocio de la iglesia católica con la muerte, entre otros temas.
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