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"Unas leonas de cinco años: ¿de qué os quejáis?"
Estamos en el que, posiblemente, sea el reto más importante de la humanidad en los que muchos de nosotros llevamos de vida. Una pandemia ante la que -China lo ha demostrado- es posible minimizar sus efectos mortales y reducir la curva de contagio con obediencia a las autoridades sanitarias: confinamiento, mascarillas, guantes, higiene, distancias mínimas…
Es decir: con responsabilidad y empatía hacia los otros, incluidos los desconocidos. Porque este virus mata, pero nos matamos de forma indirecta. El resultado de nuestra irresponsablidad no nos aniquila a nosotros mismos, sino que asesina a los demás.
Y los matamos de puro egoísmo. Los matamos sin siquiera saber que los estamos matando nosotros. Así de perversa es esta pandemia.
En esta situación única, excepcional y terriblemente peligrosa para nuestra sociedad y nuestra especie, escuchamos noticias de gente que no cumple la cuarentena, que hace trampa por puro egoísmo y contribuyen a la expansión del virus. Con consecuencias funestas y no necesariamente para ellos. Quizá por culpa de esta irresponsabilidad acaba falleciendo tu madre, mi abuela o tu vecina enferma, o hasta la suya propia, sin que lleguen a darse cuenta del origen.
Morimos por el virus, sí, pero morimos, también, por la irresponsabilidad de aquellos que no cumplen lo que, hoy por hoy, es nuestra única trinchera en esta guerra: el confinamiento. En contraposición a estos adultos insolidarios e irresponsables (por suerte, cada vez menos), impresiona el ejemplo de unas niñas de sólo cinco años, Carla y Noa, gemelas y con una enfermedad rara que la mayoría de nosotros ni siquiera habíamos oído hablar de ella, «La Piel de Mariposa», desde su encierro en un hospital, que ya dura cuatro meses: nos llaman a quedarnos en casa, a obedecer a las instrucciones sanitarias, para ganarle a esta pandemia que nos diezma, no ya como pueblo, ciudad, país, sino como especie…
Noa y Carla: «Hace cuatro meses que estamos en un hospital sin poder salir. ¿Y tú te quejas porque hace una semana que no puedes salir de casa?»
Carla y Noa son gemelas, tienen cinco años y son vecinas de Rivas. Hace cuatro meses que están internadas en un hospital por una enfermedad rara conocida como «Piel de Mariposa», técnicamente «Epidermólisis bullosa» o EB, una enfermedad genética poco frecuente e incurable hasta la fecha.
Desde su encierro hospitalario nos llaman a quedarnos en casa, a ser responsables, a nosotros, los adultos. Ellas, las pequeñas, a no quejarnos por estar una o dos semanas, cuatro, ocho o las que haga falta, confinados y aislados sin poder salir de nuestros hogares, porque ellas, esto de no poder salir, lo vienen haciendo desde un mes antes de Navidad, hace ya cuatro meses, y no sólo no se quejan, sino que juegan, sonríen y nos piden que, por favor, no salgamos de casa.
Y desde su cuarentena, mucho más larga que la nuestra y en un hospital, mucho menos agradable que un encierro en el hogar, estas dos leonas de apenas cinco años le mandan saludos y ánimos a los enfermos por el COVID-19:
Noa, desde su encierro hospitalario, que ya dura cuatro meses, envía saludos y ánimo a los que hoy enferman por el COVID-19
Sus padres, Verónica y Pedro, unos leones, como Carla y Noa, han hecho un canal de Youtube para que sus dos pequeñas puedan hablar con el mundo exterior, con nosotros, ese mundo exterior que hoy nos exige que nos quedemos en casa, que seamos un mundo exterior confinado en el interior de nuestros hogares para no matar a nuestros vecinos y familiares:
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Los padres de Carla y Noa, Verónica @verito84sori y Pedro @pedritoxurry les han hecho un canal de youtube: Leonas SIn Escudo. Visítenlo y suscríbanse
Todo su vecinos, toda su urba en Rivas, esta ciudad de trabajadores que siempre ha demostrado saber qué es eso de la solidaridad, ha salido a los balcones y ventanas a aplaudirles, a ellas y a sus padres, a mandarles esa forma de cariño que hemos descubierto en estas épocas de distancias de seguridad en que no podemos tocarnos ni abrazarnos ni besarnos, esta nueva forma, nueva y de toda la vida, de querernos a distancia: el aplauso.
Aplauso de la urba de Rivas a sus pequeñas vecinas, las leonas Carla y Noa, que pasan sus días hace cuatro meses en un hospital, y a sus padres Verónica y Pedro, por su lucha.
Un aplauso para dos leonas de cinco años que demuestran ser mucho más adultas, responsables y solidarias que algunos de nuestros conciudadanos mayores de edad. Dos leonas que nos dan un ejemplo extraordinario desde su confinamiento en el hospital.
Sería bueno que, desde casa, del mismo modo que ellas lo han hecho desde su encierro en el hospital, estemos pendientes de ellas tanto como ellas lo están de nosotros. Y estaría bien que así como ellas nos ayudan en estos momentos tan difíciles para todos, nosotros, nosotras, las podamos ayudar a ellas cuando nos necesiten y en lo que necesiten.
Suscribíos a su canal de Youtube: Leonas SIn Escudo
Seguidlas y hacedles caso: Quedaros en casa.
Gracias a nuestra amiga Blanca Torres, vecina de Carla y Noa, por compartirnos esta historia de leonas.