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REALITY VIEWS VERANO: DESEDUCACIÓN, la escuela sin clases
Sin cifras oficiales que certifiquen este movimiento por cuestiones obvias, cada día más familias optan por educar a sus hijos fuera del sistema oficial. Los niños que comenzarán este curso la escuela se jubilarán en 2080. Inmersos en la cuarta revolución industrial (la digital), en treinta años la mitad de empleos se centrarán en actividades que hoy ni siquiera imaginamos. En este contexto de cambio frenético, ¿es la escuela un facilitador para acceder al mundo del futuro?
Fotos: Fulvio Bugani / ZOOM
Texto: Fèlix Merino
Miren la foto superior: es una escena cotidiana. En un mismo parque infantil, diferentes niños se divierten cada uno ‘a su manera’ lo que nos sirve para ilustrar la filosofía del del estilo de vida llamado unschooling: un método educativo no coercitivo nacido en la década de 1970, que aboga por las actividades elegidas por el alumno como medio principal de aprendizaje sin ir al colegio. El educador y padre de este método, John Holt, considera que “la educación es una cuestión de curiosidad y deseo más que de logro académico. Los niños que no están escolarizados aprenden simplemente a través de sus experiencias naturales de vida , sin tomar clases formales, mientras que sus padres actúan como ‘facilitadores’, ayudándoles a dar sentido al mundo”.
Desde este punto de vista, la escuela estándar es un uso ineficiente del tiempo de los niños, porque requiere que cada niño aprenda materias específicas de una manera particular, a un ritmo particular independientemente de las necesidades presentes o futuras del individuo. Es como si al revelar la foto del parque infantil, advirtiéramos que todos los niños están jugando al mismo juego siguiendo las mismas reglas.
Fulvio Bugani, el autor de este fotoreportaje, lleva siguiendo familias que siguen este método desde 2016. El fotógrafo italiano acabó sus estudios de Universidad con más pena que gloria. Y, sin embargo, años después logró el tercer Premio WorldPressPhoto (2015), uno de los más importantes del mundo. Mirando la foto de Cosimo, un niño (8 años) cuya madre dejó la facultad de Náutica de Nápoles por discrepancias con el modelo de aprendizaje superior y se instaló en Sicilia donde educa a sus tres hijos lejos de la academia, nos explica: “comencé a investigar este tema partiendo de mi propia insatisfacción e intolerancia hacia una vida que nos unifica a todos. Personalmente, creo que institucionalizar a los niños en una escuela llamada "talla única" no funciona. Produce sólo generaciones de "robots" que aceptan pasivamente el status quo”, advierte el fotógrafo.
Muchos padres consideramos que fuera de la escuela los niños no aprenden ni a leer ni a escribir cuando sucede todo lo contrario. Igual que todos aprendemos a hablar, los niños que no van a la escuela aprenden a escribir y a leer por imitación y motivación. Fulvio Bugani nos lo explica así: después de pasar muchas semanas con la familia de Cosimo, tomas confianza con ellos. Jugábamos al ajedrez y el niño (8 años) me ganaba. “Creo firmemente que es urgente demostrar que una sociedad diferente es posible. Una sociedad que tenga en cuenta toda nuestra peculiaridad como individuos desde la infancia”, remata el fotógrafo.
En esta foto vemos un grupo de jóvenes estudiando en casa de Abigali Dickson (camiseta azul) . Ninguno de ellos va a la escuela. Estamos en Boston (EE:UU) y algunos siguen el Unschooling mientras otros el Homeschooling (estudiar en casa siguiendo el programa dictado desde Educación). A parte de los niveles a aprendizaje (lectura, escritura, cálculo…) otra de las cuestiones capitales que atemorizan a las familias que cuestionan este sistema es la falta de sociabilidad que sus hijos pueden sufrir por no ir al colegio, ya que esta es una institución clave para forjar amistades. El fotógrafo italiano nos explica su visión al respecto: “La sociabilidad se establece en dos grandes canales: por una parte, entre las propias familias que no llevan a sus hijos al colegio ya que están muy conectadas entre ellas.
Y, por otra parte, al no ir colegio ni tener deberes, tienen más tiempo para formarse siguiendo ‘extraescoleres’ donde conocen personas de sus mismas edades”, explica Fulvio. En este aspecto algunos niños sí pueden sufrir un cierto ‘bulling’ por parte de familias ‘standars’ ya que no aprueban que sus hijos se relacionen demasiado con ello ya que pueden ser una “mala influencia”.
La joven que toca el piano se llama Ella Dickson (15 años), aunque estuvo escolarizada durante un par de años, finalmente prefirió seguir el método de ‘unscholling’. Su hermana mayor, que tampoco fue a la escuela, actualmente estudia en Harvard. ¿Cómo se incorporan al sistema ‘oficial’ los niños que quieren cursas estudios superiores?”, pregunto al autor del reportaje. “Cuando un niño quiere ampliar su formación pasando por la Universidad, lo habitual es que cursen el último curso pre-universitario para certificar que tienen el nivel suficiente para ello”, nos explica Fulvio. De todos modos, en Estados Unidos, universidades como Harvard ya reservan unas plazas para alumnos formados fuera del sistema.
Para sir Ken Robinson, uno de los autores capitales de la importancia de la creatividad en el proceso educativo, lo importante de ‘unschooling’ es la capacidad de equivocarte: ”Si tus hijos no están educados para equivocarse, nunca ocurrirá nada original. Esto se refleja en la gestión actual de las empresas donde los errores son estigmatizados, ya que en la escuela regular los errores se castigan con suspensos. El resultado es que las personas están educadas desconectadas de capacidades creativas". Si repasamos todos los sistemas educativos del mundo tienen la misma jerarquía: en la parte superior están las matemáticas y los idiomas, luego las humanidades y en la parte inferior están las artes. “Se necesita repensar radicalmente esta visión de la inteligencia”, concluye Robinson.
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Texto: Fèlix Merino
Miren la foto superior: es una escena cotidiana. En un mismo parque infantil, diferentes niños se divierten cada uno ‘a su manera’ lo que nos sirve para ilustrar la filosofía del del estilo de vida llamado unschooling: un método educativo no coercitivo nacido en la década de 1970, que aboga por las actividades elegidas por el alumno como medio principal de aprendizaje sin ir al colegio. El educador y padre de este método, John Holt, considera que “la educación es una cuestión de curiosidad y deseo más que de logro académico. Los niños que no están escolarizados aprenden simplemente a través de sus experiencias naturales de vida , sin tomar clases formales, mientras que sus padres actúan como ‘facilitadores’, ayudándoles a dar sentido al mundo”.
Desde este punto de vista, la escuela estándar es un uso ineficiente del tiempo de los niños, porque requiere que cada niño aprenda materias específicas de una manera particular, a un ritmo particular independientemente de las necesidades presentes o futuras del individuo. Es como si al revelar la foto del parque infantil, advirtiéramos que todos los niños están jugando al mismo juego siguiendo las mismas reglas.
Fulvio Bugani, el autor de este fotoreportaje, lleva siguiendo familias que siguen este método desde 2016. El fotógrafo italiano acabó sus estudios de Universidad con más pena que gloria. Y, sin embargo, años después logró el tercer Premio WorldPressPhoto (2015), uno de los más importantes del mundo. Mirando la foto de Cosimo, un niño (8 años) cuya madre dejó la facultad de Náutica de Nápoles por discrepancias con el modelo de aprendizaje superior y se instaló en Sicilia donde educa a sus tres hijos lejos de la academia, nos explica: “comencé a investigar este tema partiendo de mi propia insatisfacción e intolerancia hacia una vida que nos unifica a todos. Personalmente, creo que institucionalizar a los niños en una escuela llamada "talla única" no funciona. Produce sólo generaciones de "robots" que aceptan pasivamente el status quo”, advierte el fotógrafo.
Muchos padres consideramos que fuera de la escuela los niños no aprenden ni a leer ni a escribir cuando sucede todo lo contrario. Igual que todos aprendemos a hablar, los niños que no van a la escuela aprenden a escribir y a leer por imitación y motivación. Fulvio Bugani nos lo explica así: después de pasar muchas semanas con la familia de Cosimo, tomas confianza con ellos. Jugábamos al ajedrez y el niño (8 años) me ganaba. “Creo firmemente que es urgente demostrar que una sociedad diferente es posible. Una sociedad que tenga en cuenta toda nuestra peculiaridad como individuos desde la infancia”, remata el fotógrafo.
En esta foto vemos un grupo de jóvenes estudiando en casa de Abigali Dickson (camiseta azul) . Ninguno de ellos va a la escuela. Estamos en Boston (EE:UU) y algunos siguen el Unschooling mientras otros el Homeschooling (estudiar en casa siguiendo el programa dictado desde Educación). A parte de los niveles a aprendizaje (lectura, escritura, cálculo…) otra de las cuestiones capitales que atemorizan a las familias que cuestionan este sistema es la falta de sociabilidad que sus hijos pueden sufrir por no ir al colegio, ya que esta es una institución clave para forjar amistades. El fotógrafo italiano nos explica su visión al respecto: “La sociabilidad se establece en dos grandes canales: por una parte, entre las propias familias que no llevan a sus hijos al colegio ya que están muy conectadas entre ellas.
Y, por otra parte, al no ir colegio ni tener deberes, tienen más tiempo para formarse siguiendo ‘extraescoleres’ donde conocen personas de sus mismas edades”, explica Fulvio. En este aspecto algunos niños sí pueden sufrir un cierto ‘bulling’ por parte de familias ‘standars’ ya que no aprueban que sus hijos se relacionen demasiado con ello ya que pueden ser una “mala influencia”.
La joven que toca el piano se llama Ella Dickson (15 años), aunque estuvo escolarizada durante un par de años, finalmente prefirió seguir el método de ‘unscholling’. Su hermana mayor, que tampoco fue a la escuela, actualmente estudia en Harvard. ¿Cómo se incorporan al sistema ‘oficial’ los niños que quieren cursas estudios superiores?”, pregunto al autor del reportaje. “Cuando un niño quiere ampliar su formación pasando por la Universidad, lo habitual es que cursen el último curso pre-universitario para certificar que tienen el nivel suficiente para ello”, nos explica Fulvio. De todos modos, en Estados Unidos, universidades como Harvard ya reservan unas plazas para alumnos formados fuera del sistema.
Para sir Ken Robinson, uno de los autores capitales de la importancia de la creatividad en el proceso educativo, lo importante de ‘unschooling’ es la capacidad de equivocarte: ”Si tus hijos no están educados para equivocarse, nunca ocurrirá nada original. Esto se refleja en la gestión actual de las empresas donde los errores son estigmatizados, ya que en la escuela regular los errores se castigan con suspensos. El resultado es que las personas están educadas desconectadas de capacidades creativas". Si repasamos todos los sistemas educativos del mundo tienen la misma jerarquía: en la parte superior están las matemáticas y los idiomas, luego las humanidades y en la parte inferior están las artes. “Se necesita repensar radicalmente esta visión de la inteligencia”, concluye Robinson.
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