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Presentación de Mongolia en Gijón, por Antonio Rico
En la Semana Negra nos presentó Antonio Rico con este texto maravilloso que habla de Mongolia y de nuestro país. Debemos agradecer a los dos Antonios Ricos que vinieron (Juan J. Alonso y Tomas Aramburu) y a Fran Nixon y Jorge Alonso (con sus Moonglow) por el GRAN día en el que se convirtió nuestra presentación en Gijón.
De regalo el imprescindible texto de Antonio Rico:
PRESENTACIÓN DE ANTONIO RICO (GIJÓN, 13/07/2012)
Bienvenidos a esta presentación sin mensaje alguno. Llevan años diciéndonos que España no es Grecia. Y nos lo dicen para que los españoles nos sintamos mejor. Vale, España no es Grecia. Es mucho peor. España es Mongolia. Por eso es imprescindible una revista como “Mongolia” y por eso la revista que presentamos se llama “Mongolia”, no “Grecia”. Si hoy estuviéramos aquí presentando la revista “Grecia”, seguro que entre ustedes habría algún economista que pediría la palabra para explicar por qué España no es Grecia. Pero como hoy estamos aquí presentando la revista “Mongolia”, todos los economistas están en sus casas dedicados a su juego favorito: hacer como si Carlos Marx no hubiera existido.
¿Por qué España es Mongolia? Por una serie de extraordinarias coincidencias que cualquiera puede conocer leyendo la Wikipedia. Por cierto, si escribimos “Mongolia” en Google, en primer lugar aparece la revista “Mongolia” y, en segundo lugar, el artículo de la Wikipedia dedicado al país Mongolia (al menos, así era hasta hoy). Sin embargo, si escribimos en Google “ailognom”, que es “Mongolia” al revés, en primer lugar aparece el Facebook de un tipo que se llama Ailognom Dadisrevinu, del cual no hay ninguna información, salvo que a “cero personas le gusta esto”. Pueden comprobarlo en sus casas. Y hasta pueden poner un “me gusta” y alegrar la vida a Ailognom Dadisrevinu.
Pero estábamos diciendo que hay muchas coincidencias entre Mongolia y España. Veamos dos. Mongolia tiene 2.830.000 habitantes, y en España hay exactamente 2.830.000 hijos de puta. Esta cifra incluye a los diputados que se levantan de sus escaños a aplaudir con todas sus ganas a un presidente del gobierno que acaba de subir el IVA y de dejar a los hijos de los funcionarios sin regalos de reyes el año que viene, y a los ex directores de bancos que después de hundir a su empresa se permiten participar en los cursos de verano de La Granda y dar lecciones sobre la situación económica. Si lo piensan bien, 2.830.000 hijos de puta entre cuarenta y siete millones de españoles no son tantos, pero como son tan hijos de puta suelen llegar muy alto. El idioma oficial de Mongolia es el mongol. Y el idioma oficial del gobierno de España es el mongol. No es que el ministro de economía hable mal el español cuando pide: “Asistencia financiera para la recapitalización de las entidades financieras españolas que así lo requieran. Esta asistencia financiera se enmarca dentro de los términos de la ayuda financiera para la recapitalización de las instituciones financieras”, es que habla mongol. Lo de la primera parte contratante de los Hermanos Marx era gracioso, pero lo de la “asistencia financiera que se enmarca dentro de los términos de la ayuda financiera para la recapitalización de las instituciones financieras” es sencillamente mongol. Hay muchas coincidencias más entre España y Mongolia, pero queremos dar paso a los mongoles que nos acompañan en esta mesa para que nos hablen de la revista “Mongolia”.
Hay algo que España tiene y Mongolia no. En España tenemos una revista que se llama “Mongolia” que desnuda sin piedad al jefe de Estado Juan Carlos I y al presidente del gobierno Mariano Rajoy, pero en Mongolia no existe una revista llamada “España” en la que se ponga a parir al presidente Tsakhiaginn Elbegdori y al primer ministro Sukhbaataryn Barbold. ¿Qué hemos aprendido en esta presentación? Que hay que organizar una campaña internacional para la creación de la revista “España” en Mongolia. Que cuando lleguemos a casa hay que entrar en el Facebook de Ailognom Dadisrevinu y poner un “me gusta”. Y que hay que leer o, por lo menos, comprar “Mongolia” en España. Tranquilos, si se fijan en sus portadas, no creemos que tarden en cerrarla.