print $title?>
'No a los perros', por Antonio Rico
Basta de maltrato animal. Esta columna fue publicada originariamente en el 'Mongolia' de octubre de 2016
Basta de maltrato animal. No a los perros. Durante milenios el ser humano se ha creído con el derecho de modificar a su capricho las especies animales existentes, mezclándolas, esclavizándolas, controlando de forma selectiva su reproducción. En el caso de los lobos, esta agresión especistapatriarcal ha llegado a extremos espantosos, produciendo formas de lobos extravagantes, con características anatómicas y conductuales completamente disfuncionales para su hábitat, y que no responden más que a la conveniencia interesada de usarlos como fuerza de trabajo o incluso al capricho más frívolo de los humanos para usarlos como juguetes en nuestra diversión. A esos lobos bonsáis los hemos llamado “perros” y ha sido tan brutal el proceso de agresión y desnaturalización que casi ninguno de ellos podría ahora ya volver a sobrevivir en su entorno ecológico originario, aquél del que los humanos les arrancaron sin pedirles permiso ni preguntarles si estaban de acuerdo.
Han sido cientos y cientos de generaciones de lobos las que han sido sometidas a esterilizaciones y cruces selectivos, una cruelísima selección artificial realizada sin ningún respeto por la naturaleza, como si el ser humano, arrogándose quién sabe qué privilegio, pudiera disponer de los demás animales no humanos y modificarlos a su voluntad sin tener en cuenta los intereses de ellos. El resultado son perros, es decir, lobos con esperanzas de vida muy disminuidas respecto de sus ancestros, con grandes prevalencias de trastornos musculoesqueléticos, con problemas reproductivos. Y encima les llamamos “perretes” y les besamos y abrazamos con la falsa ternura con la que siempre los explotadores tratan a los explotados -recordemos a los “negritos” del África o a las “princesas” amas de casa.
Basta de perretes. Basta de agresiones genéticas a los lobos. Recuperemos las especies animales originarias. Ellos nunca nos seleccionarían genéticamente a nosotros.
Han sido cientos y cientos de generaciones de lobos las que han sido sometidas a esterilizaciones y cruces selectivos, una cruelísima selección artificial realizada sin ningún respeto por la naturaleza, como si el ser humano, arrogándose quién sabe qué privilegio, pudiera disponer de los demás animales no humanos y modificarlos a su voluntad sin tener en cuenta los intereses de ellos. El resultado son perros, es decir, lobos con esperanzas de vida muy disminuidas respecto de sus ancestros, con grandes prevalencias de trastornos musculoesqueléticos, con problemas reproductivos. Y encima les llamamos “perretes” y les besamos y abrazamos con la falsa ternura con la que siempre los explotadores tratan a los explotados -recordemos a los “negritos” del África o a las “princesas” amas de casa.
Basta de perretes. Basta de agresiones genéticas a los lobos. Recuperemos las especies animales originarias. Ellos nunca nos seleccionarían genéticamente a nosotros.