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'Mongolia' paga 40.000 euros a Ortega Cano
Recién coronada la montaña del año 2020, en que los estragos del coronavirus lo han puesto todo mucho más difícil, Mongolia ha tenido que subir ya otra cima: el pago de 40.000 euros al exmatador José Ortega Cano, en ejecución de la sentencia del Tribunal Supremo condenando a la revista satírica por vulneración del derecho al honor y a la propia imagen por un fotomontaje.
Y todavía quedan otros picos: pago de intereses, procuradores, costas...
Aunque el equipo jurídico que asesora de forma solidaria a Mongolia ha presentado recurso de amparo ante el Constitucional, la sentencia del Supremo, de diciembre de 2020, abría la puerta a la ejecución de la sentencia. Y así fue: los abogados del matador instaron a la ejecución y el pasado 7 de mayo Editorial Mong SL depositó los 40.000 euros exigidos en en el juzgado de primera instancia número 3 de Alcobendas. Ahora quedan pendientes todos los demás costes asociados a la condena, cada cual en su instancia respectiva y con sus propios ritmos.
La elevada multa no procede de ninguna fórmula de cálculo ni guarda relación con los beneficios generados por la representación satírica en Cartagena que originó la demanda, inferiores a 1.000 euros. Y sin embargo ha provocado tal roto en las cuentas de la empresa —ya muy afectadas por la covid19, la crisis del sector y la falta de capitales— que la situaba en fondos propios negativos, con lo que amenazaba su viabilidad misma. Ante esta situación desesperada, Mongolia lanzó una campaña de microfinanciación para poder afrontar los costes derivados de la cornada, que tuvo gran acogida entre el pueblo mongol: cerca de 1.700 mecenas aportaron casi 65.000 euros.
Ha sido pues la “caja de resistencia” proporcionada por las hordas dispersas de Gengis Kan la que han salvado el K.O. Los 40.000 euros que se ha embolsado el exmatador proceden de este fondo, custodiado en Fiare Banca Etica, y el resto servirá para costear tanto los otros gastos derivados de la condena como los próximos pasos a emprender.
El pago de la multa no supone el fin del combate, que sigue con la mirada puesta en las instancias internacionales no solo con el objetivo de recuperar el dinero asociado al procedimiento, sino también para fijar un marco más proclive a la libertad de expresión y a la sátira, componentes esenciales de la salud democrática de un país. El abogado de Mongolia, Íñigo Sánchez de Movellán, presentó en febrero el recurso de amparo, que contó con el apoyo of counsel del catedrático de Derecho Constitucional de la Universidad Pompeu Fabra y exletrado del Alto Tribunal Santiago Ripol Carulla. Aunque el Constitucional se ha pronunciado de forma abundante sobre asuntos relacionados con la libertad de expresión, el escrito le insta a abordar aspectos que aún no ha abordado de forma específica, como el uso de la sátira y la caricatura en contraposición al derecho al honor, así como en relación a los mensajes publicitarios. En ambos casos existe jurisprudencia europea muy favorables al derecho fundamental de la libertad de expresión y a la protección de la sátira frente a los personajes públicos, incluso con fines publicitarios.
Cultura desdeña a ‘Mongolia’
Ante la difícil situación financiera de la revista, Editorial Mong, SL decidió presentarse por vez primera a la convocatoria de subvenciones que otorga anualmente el Ministerio de Cultura a las revistas de interés cultural. En sus casi 10 años de vida, Mongolia no ha recibido un solo euro de subvención pública, y la convocatoria de Cultura está pensada para apoyar específicamente a los proyectos independientes, aunque sea de forma simbólica.
Sin embargo, a pesar de que Mongolia no ha faltado jamás a su cita mensual con los lectores, a la larga lista de premios obtenidos —tanto al proyecto en sí como a su diseño—, a la vertiente internacional del proyecto —reconocido en premios y con alianzas con medios amigos latinoamericanos—, a la pluralidad de formatos de expresión cultural —revista, libros, teatro, televisión, etc.— y a la combinación de sátira e información, siguiendo modelos internacionales de referencia como el Canard Enchaîné o el Private Eye, la solicitud fue desestimada.
Cultura otorgó 32 puntos a Mongolia en el apartado “interés cultural”, muy cerca de los 35 requeridos para optar a la subvención, sin detallar los criterios que llevaron a dicha puntuación. Y ello a pesar de que las bases de convocatoria son muy tajantes: en el punto 10. a), se subraya que “la comisión de expertos deberá fundamentar la atribución de una valoración inferior a 35 puntos, sin que sea suficiente la mera adición de puntos obtenidos”.
Editorial Mong, SL ha solicitado reiteradamente conocer el fundamento de la denegación, como exigen las bases de convocatoria, pero no ha obtenido ninguna respuesta.