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"Leviatán". La experiencia de habitar dentro de una ballena: una auto-obra, una experiencia personalizada para cada persona del público
Leviatán es una obra que se parece a muy poco de lo que suele ocurrir en un teatro. En realidad, es una auto-obra para una única persona. Este 25 de septiembre llega a Teatro del Barrio.
Se trata de una experiencia personal, un viaje en solitario y en relativa intimidad. Cada espectadora recibirá un sobre blanco, arrugado y sin nada escrito en su exterior. Y una entrada de teatro con un número. Se colocará en un lugar cómodo donde poder estar a gusto un tiempo, sin interrupciones. Estará a solas, relacionándose con la pieza, que comienza en el momento en el que abra el sobre. Habrá quien termina en 60 minutos, habrá quien necesite más. El público dispone del tiempo que necesite.
La propuesta lleva el subtítulo La experiencia de habitar dentro de una ballena, y, junto con el Leviatán del título, evoca las ballenas de ficción -Moby Dick, Pinocho, etc.- que han obsesionado al ser humano en la lucha consigo mismo y con su entorno.
Con dirección de Carlos Tuñón y autoría de Luis Sorolla, Leviatán es una producción de la compañía [los números imaginarios] y Esto Podría Ser.
1. ¿Qué vamos a encontrarnos en “Leviatán”?
Un teatro vacío para ti, eso es lo primero; podrás escoger el espacio que quieras dentro del teatro, cualquier de sus salas, rincones, etc… Es el primer valor que tiene la experiencia, el poder habitar un teatro como habitualmente no podemos hacerlo. Luego, te entregamos un sobre blanco, arrugado, sin nada escrito en su exterior, para que lo abras y ahí vayas extrayendo los materiales que hay dentro, cosas para leer, para escribir, para fabricar…. Es una pieza diseñada para ti, una pieza que harás en relativa intimidad, aunque haya más gente alrededor haciéndola al mismo tiempo; y éste es otro valor que tiene el evento, la idea de hacer algo personal en comunidad, sin interactuar con nadie, a tu ritmo, usando el tiempo de la pieza como quieras, haciéndolo tuyo. Es una experiencia que te invita a jugar a ser devorado por una ballena en la que vas a habitar durante un rato, el rato que tu quieras, signifique eso lo que signifique para ti. Y poco más podemos contar, la idea es que vengas a habitar tu ballena.
2. ¿Es esta forma lúdica, de experiencia individual en el teatro, lo que hace de este arte algo especialmente divertido ahora que casi todo es digital?
No tenemos muy claro que sea “divertido”, es decir, a cada persona le pasa algo diferente con la pieza y esto es importante para hacer el teatro en el que creemos: no conducir al público a un sitio único ni etiquetarles. Cada persona entra en contacto con algo diferente, algo más intelectual, o más emocional, hay mucho humor en la pieza pero no todo el mudo conecta con él de la misma manera; hemos tenido a público llorando, dormido, muy estimulado, riéndose a carcajadas o nada estimulado, gente que termina a los sesenta minutos y otros que han acabado a las tres horas. Pasas por muchos sitios haciendo “Leviatán” y no damos nada por hecho, ni tampoco somos muy amigos de etiquetar en géneros o estilos, o hacer diatribas entre mundos, suficientemente nos dividen ya en el mercado como para generar más zanjas. Con respecto a lo digital, que pensamos que es un escenario igual de válido que el presencial y donde puede haber otro tipo de comunidad, en el caso de “Leviatán” sí ponemos en primer plano la idea de lo artesanal, de la experiencia táctil, de hacer algo con las manos, de oler y tocar papel, (reciclado y ecológico), una vuelta a algo de antes, y esto nos parece otro valor a destacar.
3. ¿Qué lectura actual podemos extraer de las ballenas de ficción que mencionáis?
De Moby Dick a Pinocho pasando por Jonás, las ballenas en la ficción han sido y son contenedoras de muchos y muy diversos significados y en “Leviatán” hay referencias a algunas mitológicas, otras reales, pero en cualquier caso queremos que la lectura sea lo suficientemente abierta como para que cada persona pueda colocar los significados que más le resuenen en cada momento; cada persona va a imaginar una ballena única, su ballena, y esto es fundamental, que detonemos y no limitemos la imaginación de cada cual. Te proponemos que te relaciones con algo más grande que tú, algo inmenso, que llega sin que tú lo hayas elegido, que te supera, que te atrapa, de ahí que la idea de la ballena mítica, del monstruo, del leviatán, sea idónea. Y una vez ha ocurrido esto, ver cómo lo puedes habitar, enfrentar, atravesar (o no). Y todo esto desde un lugar lúdico, claro, pero sin ataduras ni reservas.
4. ¿Qué tal reacciona el público en una obra tan interactiva, frente a otra más pasiva, más convencional?
Pues nos ha pasado de todo, y nos han compartido de todo, desde una alegría inmensa a gente que entra en contacto con algo más triste, a haber vuelto a la infancia, a jugar, a sentirse parte de una comunidad silenciosa, personas que se quieren quedar dentro de la ballena y otras que deseaban salir cuanto antes. Creemos que ni “Leviatán” es tanto más interactiva que otras obras, ni otras obras son más pasivas que “Leviatán”. Al final cualquier pieza escénica invita al espectador a hacer un ejercicio constante de imaginar algo que no está ahí y de proyectar significados. A veces lo que se me está proponiendo que imagine está mucho más pegado a lo que estoy viendo en escena y a veces está mucho más alejado y el salto que se le pide a mi imaginación es mayor. Pero los recursos que pone en juego “Leviatán” son los más elementales, esenciales y tradicionales del teatro: jugar a imaginar que algo que me están contando es verdad, aún sabiendo que no lo es, porque sé que no es verdad, pero jugar a que sí. Sabiendo que no. Pero sí.
Respuestas de Luis Sorolla, dramaturgo y director artístico de Esto Podría Ser y Carlos Tuñón, director de [los números imaginarios].
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