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"La Real Realidad", por Andrés Vázquez de Sola
El maestro sigue mandándonos cartas y nosotros vamos, y las publicamos
Su flamante majestad ha tenido un detalle con quienes siempre han defendido la unidad de España sacrificando algún pariente o allegado, para que los separatistas no se salieran con la suya desmigajando el suelo patrio.
En respuesta al noble gesto real, los republicanos, enemigos de la corona, revanchistas y rencorosos, se escandalizan de la real diferencia de trato entre los parientes de las víctimas del terrorismo y los hijos y nietos de los represaliados que se pudren en las cunetas.
La razón es realmente evidente: la fina pituitaria de la realeza puede percibir el aroma de beatitud de sus buenos súbditos, tíos primos y demás familia de las víctimas del terrorismo, merecedores del respeto, la solidaridad y las necesarias ayudas económicas que consuelen sus duelos imperecederos…
También detecta el prosaico realismo de las carroñas de los represaliados que, desde hace ochenta años se pudren en las cunetas, hieren el olfato de de nuestro rey: hieden a muerto.
En respuesta al noble gesto real, los republicanos, enemigos de la corona, revanchistas y rencorosos, se escandalizan de la real diferencia de trato entre los parientes de las víctimas del terrorismo y los hijos y nietos de los represaliados que se pudren en las cunetas.
La razón es realmente evidente: la fina pituitaria de la realeza puede percibir el aroma de beatitud de sus buenos súbditos, tíos primos y demás familia de las víctimas del terrorismo, merecedores del respeto, la solidaridad y las necesarias ayudas económicas que consuelen sus duelos imperecederos…
También detecta el prosaico realismo de las carroñas de los represaliados que, desde hace ochenta años se pudren en las cunetas, hieren el olfato de de nuestro rey: hieden a muerto.
VÁZQUEZ DE SOLA