print $title?>
EL MUNDO POR MONTERO
Cuentos musicales de Revista Mongolia. Un texto de Gay de Mazapán
La Reina Montero estaba convencida de que su marido, El Rey ConSuerte, Ché Pudo, le era absolutamente fiel y la quería una enormidad. Hablamos de un rey ególatra y egocéntrico, pero con un corazón tan grande como su espalda, recia y fornida cuál la de un Lancelot de la izquierda cuesta abajo y sin frenos.
“Está linito”, para los amigos.
Pero nada más lejos de la realidad. El Ché Job, que era como le llamaba la ciudadanía en tono jocosamente coloquial, era un picaflor que ríete tú de René (ved las finales de la NBA y sabréis a quién me refiero), y cubría a todas las consortes de la Reina Madre (de dos preciosos churumbeles).
La pecosa, la pizpireta, la bizca, la coja, la manca, la puerca…Y así hasta un sinfín infinito de motes políticamente incorrectos que hacían las delicias de siervos y vasallos por igual. A cada cerdo le llega su Sanmartín, así que estaba claro que Ché Pudo no se iba a ir de rositas (de España).
Y es que un día la cosa se torció (como su nariz) y una de las consortes más queridas por la Reina Montero se creyó con derecho a reinar en la Corte. Y sí, hablamos de Julie Days, quien si no.
Julie Days era una chica muy, muy lista y muy guapa, pero pecó de tonta cuando se creyó que podría salir indemne del asalto a los cielos a través de la cama del Ché, pues este era tan ladino que podía mantener siete relaciones a la vez y no distinguir entre tanta hembra suelta entre sábanas (de negro satán).
Que con quién niños se acuesta cagado se levanta es Vox (populi), pero esta suerte de pederastia política iba a traer unos lodos del tamaño de GLASTONBURY en época de lluvias ( here we go !).
Se hizo de todo para tapar el escándalo, pero al final los mentideros de Palacio tienen orejas hasta en las salitas de té, así que Julie Days tuvo que emigrar hacia el país colindante de ADDis Abbeba. Allí se montó otro palacio con su amigo Babyface y a día de hoy gozan de un buen número de vasallos que creen firmemente en el dicho aquel de: “dónde metas la polla…”
Se rumorea que este fin de semana ambos se presentan a candidatos para reinar en Ciquitistáin, pero quizá eso es otra historia que dejaremos para más adelante… Y colorín, colorado (como Moscú cuando está helado).
GAY DE MAZAPÁN.
¡APOYA A MONGOLIA!
Suscríbete a Mongolia y ayuda a consolidar este proyecto de periodismo irreverente e insumiso, a partir de solo 45 euros al año, o dona para la causa la cantidad que quieras. ¡Cualquier aportación es bienvenida!
“Está linito”, para los amigos.
Pero nada más lejos de la realidad. El Ché Job, que era como le llamaba la ciudadanía en tono jocosamente coloquial, era un picaflor que ríete tú de René (ved las finales de la NBA y sabréis a quién me refiero), y cubría a todas las consortes de la Reina Madre (de dos preciosos churumbeles).
La pecosa, la pizpireta, la bizca, la coja, la manca, la puerca…Y así hasta un sinfín infinito de motes políticamente incorrectos que hacían las delicias de siervos y vasallos por igual. A cada cerdo le llega su Sanmartín, así que estaba claro que Ché Pudo no se iba a ir de rositas (de España).
Y es que un día la cosa se torció (como su nariz) y una de las consortes más queridas por la Reina Montero se creyó con derecho a reinar en la Corte. Y sí, hablamos de Julie Days, quien si no.
Julie Days era una chica muy, muy lista y muy guapa, pero pecó de tonta cuando se creyó que podría salir indemne del asalto a los cielos a través de la cama del Ché, pues este era tan ladino que podía mantener siete relaciones a la vez y no distinguir entre tanta hembra suelta entre sábanas (de negro satán).
Que con quién niños se acuesta cagado se levanta es Vox (populi), pero esta suerte de pederastia política iba a traer unos lodos del tamaño de GLASTONBURY en época de lluvias ( here we go !).
Se hizo de todo para tapar el escándalo, pero al final los mentideros de Palacio tienen orejas hasta en las salitas de té, así que Julie Days tuvo que emigrar hacia el país colindante de ADDis Abbeba. Allí se montó otro palacio con su amigo Babyface y a día de hoy gozan de un buen número de vasallos que creen firmemente en el dicho aquel de: “dónde metas la polla…”
Se rumorea que este fin de semana ambos se presentan a candidatos para reinar en Ciquitistáin, pero quizá eso es otra historia que dejaremos para más adelante… Y colorín, colorado (como Moscú cuando está helado).
GAY DE MAZAPÁN.
¡APOYA A MONGOLIA!
Suscríbete a Mongolia y ayuda a consolidar este proyecto de periodismo irreverente e insumiso, a partir de solo 45 euros al año, o dona para la causa la cantidad que quieras. ¡Cualquier aportación es bienvenida!