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El Coño Insumiso sigue condenado
La Audiencia Provincial de Málaga ratifi có en 2021 la pena a una activista feminista por “ofensas a la religión” durante las ‘performances’ satíricas en una marcha del 8-M
La condena a una activista feminista por ofensas a la religión en una manifestación contra el patriarcado el 8 de marzo de 2013, durante las marchas en Málaga del Día Internacional de la Mujer, muestra hasta qué punto ha resucitado el delito de “blasfemia” en España, aunque sea con el nombre de “ofensas a la religión” o de “escarnio a los sentimientos religiosos”. La sentencia del juzgado de lo penal número 11 de Málaga, difundida el 20 de noviembre de 2020 mientras España lidiaba con los estragos de la pandemia, fue ratificada en 2021 por un tribunal de tres integrantes de la Sección Tercera de la Audiencia Provincial de Málaga, incluido el pago de 10 euros diarios durante nueve meses y la asunción de costas.
La increíble situación que atraviesa la persona condenada, que suma ya ocho años de viacrucis judicial, el cual, tras la condena y su ratificación, va mucho más allá de la “pena de banquillo”, se abordó durante la reciente representación en Málaga de Mongolity, el show de Mongolia, que combina la sátira y el periodismo. Al espectáculo en La Cochera Cabaret asistió una nutrida representación de Libre Expresión Feminista y contó con la presencia del mismísimo Coño Insumiso.
Policías de la moral
Ese mismo día se anunciaron varias querellas criminales contra Mongolia por la portada del número de diciembre de la revista al interpretar grupos de fundamentalistas cristianos que un emoticón de helado de chocolate alegórico del niño Jesús, “el hijo de Dios”, era en realidad un excremento. Una de las querellas la promueve Abogados Cristianos, entidad artífice de la condena a la feminista malagueña. Esta asociación aspira a ejercer un papel similar al de “policía de la moral”, característica de algunos países musulmanes donde rige la sharía (ley islámica).
El argumentario jurídico asumido ya por cuatro magistrados que llevó a la condena de la activista del Coño Insumiso en Málaga resucita inequívocamente la persecución penal de la “blasfemia”: no es admisible, subrayan las dos sentencias, hacer burla de los sentimientos y las creencias religiosas si los creyentes se ofenden. De asentarse, semejante marco jurídico sería incompatible con el ejercicio de la sátira, uno de los mejores indicadores sobre la calidad democrática de un país. Las sentencias contra la activista malagueña del Coño Insumiso consideran “hechos probados” justificativos de la condena la performance artística que grupos feministas autónomos impulsaron en 2013 para denunciar la contrarreforma de la ley del aborto que promovió el Gobierno de Mariano Rajoy a través de su ministro de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón, con el apoyo de la jerarquía de la iglesia católica.
En varias ciudades de España desfilaron de forma festiva hermandades del Coño Insumiso inspiradas en las procesiones de Semana Santa, en las que se cantaron eslóganes contra la represión de las mujeres y se recitaron versiones satíricas de algunas de las oraciones emblemáticas del catolicismo, como el Credo y el Ave María, para subrayar que no pensaban someterse a los criterios que el clero define para las mujeres. Las sentencias comentan, con indisimulado horror, estas piezas artísticas satíricas creadas por las feministas y reproducen algunas de estas “falsas oraciones” en su integridad para reforzar la condena. Así, las sentencias judiciales subrayan que se pretendió “imitar de forma vejatoria una de las declaraciones más importantes de la fe católica, que es el Credo”. Y reproduce la versión libre que, según su criterio, supone una prueba de “ofensa a la religión”:
“Creo en mi coño todopoderoso creador del cielo y de la tierra, creo en mi orgasmo, mi única norma, nuestro placer, que fue concebido por obra y gracia de mis pulsiones sexuales, nació de mi decisión libre, padeció bajo el terrorismo machista, fue condenado, quemado e insensibilizado, descendió a los infiernos, con el pasar de los siglos resucitó entre las represalias y subió a los cielos, está localizado en la parte superior de mi vulva y desde allí viene a proporcionarme placer, mientras esté viva y hasta que muera, creo en mi útero sagrado, me la suda la Santa Iglesia católica, creo en el bukake de los Santos, el pendón desorejado, la eyaculación de la carne y la corrida eterna. Himen”.
Para apuntalar la condena, se reproduce también entre los “hechos probados” la supuestamente escandalosa “falsa oración” que satiriza el Ave María:
“Diosa te salve, vagina, llena eres de gracia, el coño es contigo, bendita tú eres entre todas nuestras partes y bendito es el fruto de tu sexo, el clítoris. Santa Vagina, madre de todos, ruega por nosotras liberadas, ahora y en la hora de nuestro orgasmo. Himen”.
El ‘bukake’ de los santos
Con indisimulada perturbación, las sentencias van explicando alusiones satíricas concretas, como el himen o el bukake, para cargarse de razones para condenar: “[Las feministas] terminan las ‘falsas oraciones’ con la expresión himen tratándose de un claro juego de palabras con el término Amén”. Y también explica la práctica del bukake, que la “falsa oración” atribuye a los santos, “consistente en que varios varones eyaculan a la vez sobre una mujer que generalmente se encuentra postrada”. La sentencia añade: “Los textos contienen expresiones altamente ofensivas para la fe católica, pues no solo proclama unos textos que adoptan la forma y estructura tanto del Credo como del Ave María, sino que su contenido es una burla constante a la oración original, asimilando a la virgen María con una vagina, utilizando el término santo en numerosas ocasiones con carácter jocoso”.
Y todavía más: “La vagina de grandes dimensiones ataviada con un manto pretende asemejarse a las imágenes de la Virgen María que las diferentes hermandades procesionan durante el periodo de Semana Santa, con la evidente intención de ridiculizar y burlarse de forma gratuita de una tradición católica fuertemente enraizada en nuestra sociedad y que evidentemente no tiene otro propósito que la ofensa gratuita de sus dogmas y creencias más profundas”. ¡El acabose!
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La increíble situación que atraviesa la persona condenada, que suma ya ocho años de viacrucis judicial, el cual, tras la condena y su ratificación, va mucho más allá de la “pena de banquillo”, se abordó durante la reciente representación en Málaga de Mongolity, el show de Mongolia, que combina la sátira y el periodismo. Al espectáculo en La Cochera Cabaret asistió una nutrida representación de Libre Expresión Feminista y contó con la presencia del mismísimo Coño Insumiso.
Policías de la moral
Ese mismo día se anunciaron varias querellas criminales contra Mongolia por la portada del número de diciembre de la revista al interpretar grupos de fundamentalistas cristianos que un emoticón de helado de chocolate alegórico del niño Jesús, “el hijo de Dios”, era en realidad un excremento. Una de las querellas la promueve Abogados Cristianos, entidad artífice de la condena a la feminista malagueña. Esta asociación aspira a ejercer un papel similar al de “policía de la moral”, característica de algunos países musulmanes donde rige la sharía (ley islámica).
El argumentario jurídico asumido ya por cuatro magistrados que llevó a la condena de la activista del Coño Insumiso en Málaga resucita inequívocamente la persecución penal de la “blasfemia”: no es admisible, subrayan las dos sentencias, hacer burla de los sentimientos y las creencias religiosas si los creyentes se ofenden. De asentarse, semejante marco jurídico sería incompatible con el ejercicio de la sátira, uno de los mejores indicadores sobre la calidad democrática de un país. Las sentencias contra la activista malagueña del Coño Insumiso consideran “hechos probados” justificativos de la condena la performance artística que grupos feministas autónomos impulsaron en 2013 para denunciar la contrarreforma de la ley del aborto que promovió el Gobierno de Mariano Rajoy a través de su ministro de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón, con el apoyo de la jerarquía de la iglesia católica.
En varias ciudades de España desfilaron de forma festiva hermandades del Coño Insumiso inspiradas en las procesiones de Semana Santa, en las que se cantaron eslóganes contra la represión de las mujeres y se recitaron versiones satíricas de algunas de las oraciones emblemáticas del catolicismo, como el Credo y el Ave María, para subrayar que no pensaban someterse a los criterios que el clero define para las mujeres. Las sentencias comentan, con indisimulado horror, estas piezas artísticas satíricas creadas por las feministas y reproducen algunas de estas “falsas oraciones” en su integridad para reforzar la condena. Así, las sentencias judiciales subrayan que se pretendió “imitar de forma vejatoria una de las declaraciones más importantes de la fe católica, que es el Credo”. Y reproduce la versión libre que, según su criterio, supone una prueba de “ofensa a la religión”:
“Creo en mi coño todopoderoso creador del cielo y de la tierra, creo en mi orgasmo, mi única norma, nuestro placer, que fue concebido por obra y gracia de mis pulsiones sexuales, nació de mi decisión libre, padeció bajo el terrorismo machista, fue condenado, quemado e insensibilizado, descendió a los infiernos, con el pasar de los siglos resucitó entre las represalias y subió a los cielos, está localizado en la parte superior de mi vulva y desde allí viene a proporcionarme placer, mientras esté viva y hasta que muera, creo en mi útero sagrado, me la suda la Santa Iglesia católica, creo en el bukake de los Santos, el pendón desorejado, la eyaculación de la carne y la corrida eterna. Himen”.
Para apuntalar la condena, se reproduce también entre los “hechos probados” la supuestamente escandalosa “falsa oración” que satiriza el Ave María:
“Diosa te salve, vagina, llena eres de gracia, el coño es contigo, bendita tú eres entre todas nuestras partes y bendito es el fruto de tu sexo, el clítoris. Santa Vagina, madre de todos, ruega por nosotras liberadas, ahora y en la hora de nuestro orgasmo. Himen”.
El ‘bukake’ de los santos
Con indisimulada perturbación, las sentencias van explicando alusiones satíricas concretas, como el himen o el bukake, para cargarse de razones para condenar: “[Las feministas] terminan las ‘falsas oraciones’ con la expresión himen tratándose de un claro juego de palabras con el término Amén”. Y también explica la práctica del bukake, que la “falsa oración” atribuye a los santos, “consistente en que varios varones eyaculan a la vez sobre una mujer que generalmente se encuentra postrada”. La sentencia añade: “Los textos contienen expresiones altamente ofensivas para la fe católica, pues no solo proclama unos textos que adoptan la forma y estructura tanto del Credo como del Ave María, sino que su contenido es una burla constante a la oración original, asimilando a la virgen María con una vagina, utilizando el término santo en numerosas ocasiones con carácter jocoso”.
Y todavía más: “La vagina de grandes dimensiones ataviada con un manto pretende asemejarse a las imágenes de la Virgen María que las diferentes hermandades procesionan durante el periodo de Semana Santa, con la evidente intención de ridiculizar y burlarse de forma gratuita de una tradición católica fuertemente enraizada en nuestra sociedad y que evidentemente no tiene otro propósito que la ofensa gratuita de sus dogmas y creencias más profundas”. ¡El acabose!
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