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"Dios, ese machirulo" por Antonio Rico
Religión y machismo, esos dos temas desarrolla Antonio Rico en este artículo publicado originariamente en el Mongolia de marzo de 2017
Permitidme ensayar una comparación entre machismo y religión. Ambas son formas profundamente malvadas de estar en el mundo, se apoyan en un montón de mentiras y existen para perpetuar relaciones de dominación de unas personas sobre otras. Ambas impregnan el lenguaje de formas mucho más profundas de lo que nos parecen y tienen raíces en la sociedad mucho más profundas de lo que nos damos cuenta. Y, sobre todo, ambas causan muchos muchos muchos muertos. El machismo, se disfrace de lo que se disfrace, se basa en considerar que algo hay inherente a los hombres que los hace más valiosos que las mujeres. La religión, se disfrace de lo que se disfrace, se basa en considerar que los fieles tienen a Dios de su lado y los infieles tienen de su lado al diablo.
Sin embargo, sus respectivas violencias se interpretan de formas muy diferentes en los medios de comunicación. Tras cada asesinato machista se insiste en que existe una continuidad casi inmediata entre ceder el paso en una puerta a una mujer y matarla, mientras que tras cada asesinato religioso se insiste en que no se puede identificar religión con violencia ya que sólo una muy pequeña minoría de creyentes llegan al extremo de matar. Se llega incluso a decir que la solución contra el integrismo religioso es apoyar y potenciar a los creyentes moderados. Mi padre –lo cito únicamente como ejemplo de una persona completamente normal, completamente del montón de hace una o dos generaciones- era machista y religioso –machista lo normal para su época y religioso lo normal para su época-, y la posibilidad de que le pusiera un dedo encima a mi madre o la humillara o no la tratara con el mismo cariño con el que era tratado por ella era semejante a la que había de que se inmolara en un atentado integrista. Cero absoluto.
¿Qué hacemos? ¿Defendemos que no hay que identificar machismo con violencia, e incluso intentamos apoyar y potenciar el machismo moderado inofensivo? ¿O establecemos de una puta vez un vínculo entre rezar y matar infieles, decretamos leyes especiales contra la religión, y realizamos talleres en las escuelas llevados a cabo por expertos en ateísmo que enseñen a los adolescentes a detectar los posibles mensajes religiosos que inadvertidamente se deslizan en algunas canciones? Yo apoyo la segunda opción.
Sin embargo, sus respectivas violencias se interpretan de formas muy diferentes en los medios de comunicación. Tras cada asesinato machista se insiste en que existe una continuidad casi inmediata entre ceder el paso en una puerta a una mujer y matarla, mientras que tras cada asesinato religioso se insiste en que no se puede identificar religión con violencia ya que sólo una muy pequeña minoría de creyentes llegan al extremo de matar. Se llega incluso a decir que la solución contra el integrismo religioso es apoyar y potenciar a los creyentes moderados. Mi padre –lo cito únicamente como ejemplo de una persona completamente normal, completamente del montón de hace una o dos generaciones- era machista y religioso –machista lo normal para su época y religioso lo normal para su época-, y la posibilidad de que le pusiera un dedo encima a mi madre o la humillara o no la tratara con el mismo cariño con el que era tratado por ella era semejante a la que había de que se inmolara en un atentado integrista. Cero absoluto.
¿Qué hacemos? ¿Defendemos que no hay que identificar machismo con violencia, e incluso intentamos apoyar y potenciar el machismo moderado inofensivo? ¿O establecemos de una puta vez un vínculo entre rezar y matar infieles, decretamos leyes especiales contra la religión, y realizamos talleres en las escuelas llevados a cabo por expertos en ateísmo que enseñen a los adolescentes a detectar los posibles mensajes religiosos que inadvertidamente se deslizan en algunas canciones? Yo apoyo la segunda opción.