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Corea del Norte, diez años con Kim Jong-un
En diciembre se celebró el 10º aniversario de la llegada de Kim Jong-un, entonces un joven inexperto de 27 años, al poder en Corea del Norte, uno de los países más herméticos del mundo y uno de los pocos con capacidad de destrucción nuclear.
TEXTO Y FOTOS: Enric Lloveras
Kim Jong-un ha basado su reinado en reforzar las relaciones con China, recuperar la relación diplomática con Corea del Sur, intentar seducir a EEUU (aunque no dudó en llamar “viejo chocho” a Trump) y dinamizar la actividad económica. Su estrategia byungjin ha consistido en el desarrollo simultáneo del programa de armamento nuclear y la economía. El primero culminó con el alarde de conseguir y testar en 2017 una bomba de hidrógeno de 160 kilotones que inquietó al mundo y provocó importantes sanciones internacionales.
La pandemia, a pesar de que oficialmente no hay enfermos de covid en el país, obligó a cerrar fronteras (dos años completos), lo que ha deteriorando gravemente su situación económica. El cambio climático ha provocado tifones colosales seguidos de una hambruna que ha afectado a buena parte de la población.
Kim Jong-un ha eliminado sin vacilar a posibles rivales: a su tío, detenido y ejecutado; y a su hermano mayor y potencial heredero Kim Jongnam, al que mandó matar con gas nervioso en el aeropuerto de Kuala Lumpur en febrero de 2017. Kim ha convertido la capital, Pyongiang, en un escaparate para mostrar su supuesto progreso al mundo: una ciudad limpia y ordenada, sin tráfico, con viviendas futuristas, parques de atracciones, incluso cafeterías que sirven capuccinos, taxis y gente guapa vestida con corrección.
UNA SOCIEDAD MILITARIZADA
El Ejército tiene una presencia permanente en cualquier rincón del país. Corea del Norte es el cuarto país más militarizado del mundo: 1.100.000 soldados, lo que significa que un 20% de la población masculina entre 17 y 54 años sirve en las fuerzas regulares. El servicio militar obligatorio dura diez años. La fuerza de reserva en caso de conflicto afecta a ocho millones de personas. En la fotografía, transporte de tropas que participaron en un gran desfile militar ante el líder supremo.
EL METRO DE PYONGIANG
El metro de Pyongyang tiene 16 estaciones con dos líneas. Está construido a 110 metros de profundidad y fue pensado también como refugio antiaéreo. Andenes y estaciones cuentan con puertas blindadas y forman parte de los planes de evacuación para casos de bombardeos. En los altavoces suena música revolucionaria o canciones ensalzando "las inmortales proezas del Generalísimo Kim Il-sung", fundador del país en 1948.
LOS LÍDERES
Desde su nacimiento como Estado, en 1948, el régimen norcoreano se basa en la doctrina juche, que combina socialismo con nacionalismo y el culto a los líderes. Kim Jong-un representa la tercera generación de la familia Kim. Su abuelo, Kim Il-Sung, gobernó desde 1948 hasta 1994. Glorificado como “presidente eterno de la República”, le sucedió su hijo Kim Jong-Il hasta su muerte en 2011, año en que el líder actual llegó al poder. Nunca faltan flores en las estatuas que presiden la colina Mansu de Pyongiang.
LOS UNIFORMES
En Corea del Norte el uniforme identifica tu grupo social, tu trabajo y tu condición, empezando por la escuela primaria. El individuo no existe, solo el grupo. La educación es obligatoria y gratuita desde el jardín de infancia hasta los 17 años. La calidad es alta en relación a la pobreza del país, pero los planes de estudio contemplan una ideología estatal rígida y de culto a la personalidad de los líderes. En la foto vemos a chicos con talento de hijos de dirigentes, la élite de Pyongiang.
LA PROPAGANDA
La propaganda es constante. Si hasta hace poco los carteles en las calles presentaban a EEUU como un agresor imperialista, las vallas, anuncios y murales actuales se refieren a la épica del progreso económico. Estudiantes, obreros y campesinos unidos para levantar el país.
AUTOBÚS
Las calles de Pyongiang apenas tienen tráfico privado. Coches oficiales y algunos turismos de privilegiados conviven con un transporte público masificado y con camiones que se usan para transporte de tropas y pasajeros.
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Kim Jong-un ha basado su reinado en reforzar las relaciones con China, recuperar la relación diplomática con Corea del Sur, intentar seducir a EEUU (aunque no dudó en llamar “viejo chocho” a Trump) y dinamizar la actividad económica. Su estrategia byungjin ha consistido en el desarrollo simultáneo del programa de armamento nuclear y la economía. El primero culminó con el alarde de conseguir y testar en 2017 una bomba de hidrógeno de 160 kilotones que inquietó al mundo y provocó importantes sanciones internacionales.
La pandemia, a pesar de que oficialmente no hay enfermos de covid en el país, obligó a cerrar fronteras (dos años completos), lo que ha deteriorando gravemente su situación económica. El cambio climático ha provocado tifones colosales seguidos de una hambruna que ha afectado a buena parte de la población.
Kim Jong-un ha eliminado sin vacilar a posibles rivales: a su tío, detenido y ejecutado; y a su hermano mayor y potencial heredero Kim Jongnam, al que mandó matar con gas nervioso en el aeropuerto de Kuala Lumpur en febrero de 2017. Kim ha convertido la capital, Pyongiang, en un escaparate para mostrar su supuesto progreso al mundo: una ciudad limpia y ordenada, sin tráfico, con viviendas futuristas, parques de atracciones, incluso cafeterías que sirven capuccinos, taxis y gente guapa vestida con corrección.
UNA SOCIEDAD MILITARIZADA
El Ejército tiene una presencia permanente en cualquier rincón del país. Corea del Norte es el cuarto país más militarizado del mundo: 1.100.000 soldados, lo que significa que un 20% de la población masculina entre 17 y 54 años sirve en las fuerzas regulares. El servicio militar obligatorio dura diez años. La fuerza de reserva en caso de conflicto afecta a ocho millones de personas. En la fotografía, transporte de tropas que participaron en un gran desfile militar ante el líder supremo.
EL METRO DE PYONGIANG
El metro de Pyongyang tiene 16 estaciones con dos líneas. Está construido a 110 metros de profundidad y fue pensado también como refugio antiaéreo. Andenes y estaciones cuentan con puertas blindadas y forman parte de los planes de evacuación para casos de bombardeos. En los altavoces suena música revolucionaria o canciones ensalzando "las inmortales proezas del Generalísimo Kim Il-sung", fundador del país en 1948.
LOS LÍDERES
Desde su nacimiento como Estado, en 1948, el régimen norcoreano se basa en la doctrina juche, que combina socialismo con nacionalismo y el culto a los líderes. Kim Jong-un representa la tercera generación de la familia Kim. Su abuelo, Kim Il-Sung, gobernó desde 1948 hasta 1994. Glorificado como “presidente eterno de la República”, le sucedió su hijo Kim Jong-Il hasta su muerte en 2011, año en que el líder actual llegó al poder. Nunca faltan flores en las estatuas que presiden la colina Mansu de Pyongiang.
LOS UNIFORMES
En Corea del Norte el uniforme identifica tu grupo social, tu trabajo y tu condición, empezando por la escuela primaria. El individuo no existe, solo el grupo. La educación es obligatoria y gratuita desde el jardín de infancia hasta los 17 años. La calidad es alta en relación a la pobreza del país, pero los planes de estudio contemplan una ideología estatal rígida y de culto a la personalidad de los líderes. En la foto vemos a chicos con talento de hijos de dirigentes, la élite de Pyongiang.
LA PROPAGANDA
La propaganda es constante. Si hasta hace poco los carteles en las calles presentaban a EEUU como un agresor imperialista, las vallas, anuncios y murales actuales se refieren a la épica del progreso económico. Estudiantes, obreros y campesinos unidos para levantar el país.
AUTOBÚS
Las calles de Pyongiang apenas tienen tráfico privado. Coches oficiales y algunos turismos de privilegiados conviven con un transporte público masificado y con camiones que se usan para transporte de tropas y pasajeros.
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