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Compra tu agenda de Mongolia con descuento: por un revolucionario 2022.
‘Mongolia’ lanza la primera agenda que combinará el calendario gregoriano de 2022 con el revolucionario creado por la Convención jacobina en 1793 y que nos sitúa en el año 230.
-¿Cómo lo tienes para comer el 18 de brumario?
-Vaya, justo me pilla de viaje… Pero en dos semanas ya estoy de vuelta. ¿Qué tal el 5 de frimario?
-Ya hará mucho más fresquito, pero seguro que aún podremos ir a alguna terraza. ¡Veo que cae en el día del cerdo!
-¡Sí! ¡Está claro que te tocará pagar!
- Jajajaja. ¿No nos vemos desde el mes de floreal, o quizá incluso desde germinal, y ya me estás cargando?
La agenda que Mongolia está preparando para 2022, donde vas a ir anotando todo lo que importa en tu vida, las conspiraciones que preparas, el Día-D en que tienes planeado cambiar el mundo (el 18 de brumario de Edu Galán, por ejemplo) o simplemente cuándo tienes que pagar tu hipoteca, es el primer intento en toda la historia de esta revista de tratar de poner un poco de orden. Naturalmente, de la única forma que sabemos hacerlo: contribuyendo con ello a expandir aún más el caos. Ya disponible en nuestra tienda.
El artefacto en preparación incorpora el calendario revolucionario que la Convención jacobina adoptó en 1793 dentro de su política de cortar de raíz con los símbolos y usos heredados del Antiguo Régimen y sustituirlos por una nueva simbología popular republicana liberada de las losas impuestas por la alianza entre el trono y el altar. El decreto de la Convención hizo que formalmente el año 1 de la nueva etapa arrancara con la proclamación de la República, el 22 de septiembre de 1792 y equinoccio de otoño en el hemisferio norte, que se rebautizó como 1 de vendimiario del año 1, día de la uva.
El calendario revolucionario se basa en el sistema decimal, con lo que las semanas no tienen siete días —¿por qué organizar la vida alrededor del mito de que Dios hizo el mundo en seis días y el séptimo descansó?— sino que los bloques van de diez en diez y se les llama décadas. Con ello, las equivalencias entre uno y otro sistema se hacen todavía más difíciles, pero los entusiastas científicos y racionalistas que formularon la propuesta concreta de nuevo calendario se sacaron de la manga algunos “días complementarios” que permitían ir llenando vacíos y mantener la coherencia con el movimiento de la Tierra y el ciclo de las estaciones.
"El calendario revolucionario estuvo vigente casi tres lustros y luego lo recuperó la Comuna de París"
A pesar de que Napoleón impuso la vuelta al calendario gregoriano el 1 de enero de 1806 (o 10 de nivoso del año 14) y finiquitó, por tanto, la propuesta de la entonces ya más que enterrada Convención, el calendario revolucionario revivió brevemente décadas después, durante la experiencia insurreccional de la Comuna de París de 1871, lo que da idea de su enorme fuerza como imaginario de emancipación. Y desde entonces, guste o no a los poderosos, el calendario ha seguido cumpliendo días, aunque no tengan ningún reconocimiento oficial… ¡y ya estamos en pleno 230! Mongolia, que siempre está en otro mundo, ha desempolvado el viejo calendario y lo ha insertado en una misma agenda junto al gregoriano (¡hasta con sus santos incluidos!), porque la irreverencia no tiene por qué impedir felicitar el santo y hasta vivir aquí y allá en el mismo instante: en el día oficial en el que estamos y también en el que podía haber sido y aún no fue.
Es nuestra humilde contribución a la divulgación de las ideas más avanzadas de la física cuántica y de los universos paralelos que, sin ninguna duda, llevaría hoy de cabeza a los científicos de vanguardia que implementaron su propuesta de calendario con la Convención jacobina, liderados por el matemático Gilbert Romme al frente de una combinación maravillosa de astrónomos y poetas.
"En lugar de semanas, hay bloques de 10 días y en lugar de santos se pone el foco en la naturaleza"
Al fin podrás vivir en dos mundos paralelos: en el calendario de siempre, con los santos del día, los domingos para no ir a misa y fi estas tan increíbles como la Ascensión de María, y también en el impulsado por los científicos y poetas jacobinos para liberar al mundo de las imposiciones del trono y el altar y organizarlo alrededor de la naturaleza: el mes de pluvioso, el de germinal, el día del melocotón, del abeto o del grillo, las fi estas de la Virtud, la Opinión o las Recompensas.
Nuestra iniciativa podría llegar a verse incluso, y así esperamos que lo entienda el establishment, como un auténtico homenaje al consenso de la Transición, el lugar de encuentro de todos, “sin vencedores ni vencidos”, sea cuales sean nuestras creencias y nuestros calendarios. También se trata, claro está, de un acto de solidaridad hacia Luis Bonaparte, la única persona que hasta ahora había pasado a la historia asociado al calendario de la Convención, gracias a la retranca de Karl Marx. En solidaridad con Bonaparte, pese a la poca simpatía que le profesamos: ¡llenemos pronto las páginas de esta agenda de gestas extraordinarias! Obviamente, Mongolia es muy consciente de los desmanes asociados a la época del llamado “terror revolucionario” en que el nuevo calendario vio la luz, y algunos insignes guillotinados son incluso recordados en estas páginas en la efeméride de su decapitación.
También admitimos que estamos propagando una visión eurocéntrica con un calendario capaz de llamar nivoso a diciembre, puesto que es probable que nieve en Francia pero no se tiene en cuenta que en ese momento lo más probable es que se estén achicharrando en Buenos Aires: pese a este indudable pecado duramente castigado en las tablas de la ley woke, esperamos no acabar en la hoguera. Y no nos queda otra que pedir perdón por adelantado a la siempre vigorosa clase obrera por la falta de empatía con los trabajadores, que en el nuevo esquema parecían condenados a trabajar incluso más que nunca al contarse los días de diez en diez, sobre todo si lo exigía la patrie. Sin embargo, al mismo tiempo, es evidente que nuestro mundo, sobre todo en los países occidentales, hunde sus raíces en los agitadísimos y convulsos años de la Revolución francesa, en sus luces y sus sombras y en los intentos de crear un mundo distinto guiado por los valores de “libertad, igualdad y fraternidad” que el nuevo calendario trataba de reforzar frente al oscurantismo de la alianza entre el trono y el altar, que impedía a los súbditos poder ser ciudadanos.
Con el pequeño gesto de editar esta agenda con doble calendario pretendemos también, pues, contribuir a que estos vientos acaben llegando, por fin, a España.
Gracias a la extraordinaria pericia del equipo de Diseño de Mongolia, a partir de ahora va a ser perfectamente posible quedar, por ejemplo, el 26 de enero de 2022 sabiendo que es también el 6 de pluvioso de 230. Es decir: san Timoteo para la cultura católica, pero también el día del toro en el calendario de la Convención, que en lugar de santos ponía el foco cada día sobre un elemento de la naturaleza asociado al momento estacional, con algún animal homenajeado siempre en el quinto día del bloque de 10 días en que descomponían los meses (décadas, en lugar de semanas).
Los años acababan siempre con cinco días de fiestas nacionales, que pasaban a ser seis en los años bisiestos, conocidos como “días complementarios”, que son los que ayudaban a cuadrar: fiesta de la Virtud, del Talento, del Trabajo, de la Opinión, de las Recompensas y, en los años bisiestos, de la Revolución. Justamente, y con toda seguridad los lectores más atentos ya se habrán dado cuenta, se trata de las características que definen a Mongolia y a su gente, entre la que te incluyes. Es imposible que sea una casualidad. ¿Temes que te acabe explotando la cabeza? En tal caso, no dudes en drogarte y en beber si puede serte de ayuda. Eso sí: recomendamos actuar siempre con la moderación que exhibieron Saint-Just, Robespierre y los suyos.
¿CÓMO CONSEGUIR LA AGENDA?
La Agenda de Mongolia tendrá a partir del 15 de diciembre un PVP de 17,89 €.
Si te haces con ella durante el periodo de preventa, hasta el 15 de diciembre, se aplicará un descuento del 5% y te la enviaremos a casa con los gastos de envío incluidos. Consigue la tuya en NUESTRA TIENDA
Y si eres suscriptor de Mongolia, el descuento en preventa será superior: ¡del 15%! También con los gastos de envío incluidos, claro. Hemos enviado por correo un código descuento exclusivo para que disfrutes de una rebaja adicional. Si no lo has recibido escríbenos a suscripciones@revistamongolia.com y te enviaremos tu código de nuevo.
Los pedidos se enviarán a partir del próximo 15 de diciembre. El objetivo es que recibas la Agenda en tu casa durante la primera quincena de diciembre. No hay límite para las compras con descuento en preventa: ¡resérvate la tuya y ya tienes, sin necesidad de esfuerzo alguno, el regalo más original para estas navidades!
-Vaya, justo me pilla de viaje… Pero en dos semanas ya estoy de vuelta. ¿Qué tal el 5 de frimario?
-Ya hará mucho más fresquito, pero seguro que aún podremos ir a alguna terraza. ¡Veo que cae en el día del cerdo!
-¡Sí! ¡Está claro que te tocará pagar!
- Jajajaja. ¿No nos vemos desde el mes de floreal, o quizá incluso desde germinal, y ya me estás cargando?
La agenda que Mongolia está preparando para 2022, donde vas a ir anotando todo lo que importa en tu vida, las conspiraciones que preparas, el Día-D en que tienes planeado cambiar el mundo (el 18 de brumario de Edu Galán, por ejemplo) o simplemente cuándo tienes que pagar tu hipoteca, es el primer intento en toda la historia de esta revista de tratar de poner un poco de orden. Naturalmente, de la única forma que sabemos hacerlo: contribuyendo con ello a expandir aún más el caos. Ya disponible en nuestra tienda.
El artefacto en preparación incorpora el calendario revolucionario que la Convención jacobina adoptó en 1793 dentro de su política de cortar de raíz con los símbolos y usos heredados del Antiguo Régimen y sustituirlos por una nueva simbología popular republicana liberada de las losas impuestas por la alianza entre el trono y el altar. El decreto de la Convención hizo que formalmente el año 1 de la nueva etapa arrancara con la proclamación de la República, el 22 de septiembre de 1792 y equinoccio de otoño en el hemisferio norte, que se rebautizó como 1 de vendimiario del año 1, día de la uva.
El calendario revolucionario se basa en el sistema decimal, con lo que las semanas no tienen siete días —¿por qué organizar la vida alrededor del mito de que Dios hizo el mundo en seis días y el séptimo descansó?— sino que los bloques van de diez en diez y se les llama décadas. Con ello, las equivalencias entre uno y otro sistema se hacen todavía más difíciles, pero los entusiastas científicos y racionalistas que formularon la propuesta concreta de nuevo calendario se sacaron de la manga algunos “días complementarios” que permitían ir llenando vacíos y mantener la coherencia con el movimiento de la Tierra y el ciclo de las estaciones.
"El calendario revolucionario estuvo vigente casi tres lustros y luego lo recuperó la Comuna de París"
A pesar de que Napoleón impuso la vuelta al calendario gregoriano el 1 de enero de 1806 (o 10 de nivoso del año 14) y finiquitó, por tanto, la propuesta de la entonces ya más que enterrada Convención, el calendario revolucionario revivió brevemente décadas después, durante la experiencia insurreccional de la Comuna de París de 1871, lo que da idea de su enorme fuerza como imaginario de emancipación. Y desde entonces, guste o no a los poderosos, el calendario ha seguido cumpliendo días, aunque no tengan ningún reconocimiento oficial… ¡y ya estamos en pleno 230! Mongolia, que siempre está en otro mundo, ha desempolvado el viejo calendario y lo ha insertado en una misma agenda junto al gregoriano (¡hasta con sus santos incluidos!), porque la irreverencia no tiene por qué impedir felicitar el santo y hasta vivir aquí y allá en el mismo instante: en el día oficial en el que estamos y también en el que podía haber sido y aún no fue.
Es nuestra humilde contribución a la divulgación de las ideas más avanzadas de la física cuántica y de los universos paralelos que, sin ninguna duda, llevaría hoy de cabeza a los científicos de vanguardia que implementaron su propuesta de calendario con la Convención jacobina, liderados por el matemático Gilbert Romme al frente de una combinación maravillosa de astrónomos y poetas.
"En lugar de semanas, hay bloques de 10 días y en lugar de santos se pone el foco en la naturaleza"
Al fin podrás vivir en dos mundos paralelos: en el calendario de siempre, con los santos del día, los domingos para no ir a misa y fi estas tan increíbles como la Ascensión de María, y también en el impulsado por los científicos y poetas jacobinos para liberar al mundo de las imposiciones del trono y el altar y organizarlo alrededor de la naturaleza: el mes de pluvioso, el de germinal, el día del melocotón, del abeto o del grillo, las fi estas de la Virtud, la Opinión o las Recompensas.
Nuestra iniciativa podría llegar a verse incluso, y así esperamos que lo entienda el establishment, como un auténtico homenaje al consenso de la Transición, el lugar de encuentro de todos, “sin vencedores ni vencidos”, sea cuales sean nuestras creencias y nuestros calendarios. También se trata, claro está, de un acto de solidaridad hacia Luis Bonaparte, la única persona que hasta ahora había pasado a la historia asociado al calendario de la Convención, gracias a la retranca de Karl Marx. En solidaridad con Bonaparte, pese a la poca simpatía que le profesamos: ¡llenemos pronto las páginas de esta agenda de gestas extraordinarias! Obviamente, Mongolia es muy consciente de los desmanes asociados a la época del llamado “terror revolucionario” en que el nuevo calendario vio la luz, y algunos insignes guillotinados son incluso recordados en estas páginas en la efeméride de su decapitación.
También admitimos que estamos propagando una visión eurocéntrica con un calendario capaz de llamar nivoso a diciembre, puesto que es probable que nieve en Francia pero no se tiene en cuenta que en ese momento lo más probable es que se estén achicharrando en Buenos Aires: pese a este indudable pecado duramente castigado en las tablas de la ley woke, esperamos no acabar en la hoguera. Y no nos queda otra que pedir perdón por adelantado a la siempre vigorosa clase obrera por la falta de empatía con los trabajadores, que en el nuevo esquema parecían condenados a trabajar incluso más que nunca al contarse los días de diez en diez, sobre todo si lo exigía la patrie. Sin embargo, al mismo tiempo, es evidente que nuestro mundo, sobre todo en los países occidentales, hunde sus raíces en los agitadísimos y convulsos años de la Revolución francesa, en sus luces y sus sombras y en los intentos de crear un mundo distinto guiado por los valores de “libertad, igualdad y fraternidad” que el nuevo calendario trataba de reforzar frente al oscurantismo de la alianza entre el trono y el altar, que impedía a los súbditos poder ser ciudadanos.
Con el pequeño gesto de editar esta agenda con doble calendario pretendemos también, pues, contribuir a que estos vientos acaben llegando, por fin, a España.
Gracias a la extraordinaria pericia del equipo de Diseño de Mongolia, a partir de ahora va a ser perfectamente posible quedar, por ejemplo, el 26 de enero de 2022 sabiendo que es también el 6 de pluvioso de 230. Es decir: san Timoteo para la cultura católica, pero también el día del toro en el calendario de la Convención, que en lugar de santos ponía el foco cada día sobre un elemento de la naturaleza asociado al momento estacional, con algún animal homenajeado siempre en el quinto día del bloque de 10 días en que descomponían los meses (décadas, en lugar de semanas).
Los años acababan siempre con cinco días de fiestas nacionales, que pasaban a ser seis en los años bisiestos, conocidos como “días complementarios”, que son los que ayudaban a cuadrar: fiesta de la Virtud, del Talento, del Trabajo, de la Opinión, de las Recompensas y, en los años bisiestos, de la Revolución. Justamente, y con toda seguridad los lectores más atentos ya se habrán dado cuenta, se trata de las características que definen a Mongolia y a su gente, entre la que te incluyes. Es imposible que sea una casualidad. ¿Temes que te acabe explotando la cabeza? En tal caso, no dudes en drogarte y en beber si puede serte de ayuda. Eso sí: recomendamos actuar siempre con la moderación que exhibieron Saint-Just, Robespierre y los suyos.
¿CÓMO CONSEGUIR LA AGENDA?
La Agenda de Mongolia tendrá a partir del 15 de diciembre un PVP de 17,89 €.
Si te haces con ella durante el periodo de preventa, hasta el 15 de diciembre, se aplicará un descuento del 5% y te la enviaremos a casa con los gastos de envío incluidos. Consigue la tuya en NUESTRA TIENDA
Y si eres suscriptor de Mongolia, el descuento en preventa será superior: ¡del 15%! También con los gastos de envío incluidos, claro. Hemos enviado por correo un código descuento exclusivo para que disfrutes de una rebaja adicional. Si no lo has recibido escríbenos a suscripciones@revistamongolia.com y te enviaremos tu código de nuevo.
Los pedidos se enviarán a partir del próximo 15 de diciembre. El objetivo es que recibas la Agenda en tu casa durante la primera quincena de diciembre. No hay límite para las compras con descuento en preventa: ¡resérvate la tuya y ya tienes, sin necesidad de esfuerzo alguno, el regalo más original para estas navidades!