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50 años no es nada
La idea de recuperar el calendario laico que puso en pie la Revolución francesa y hacerlo, además, compatible con el calendario gregoriano (¡y hasta con sus santos!) parecía una locura más de esta factoría de chaladuras estupendas que es este proyecto tan bizarro.
Periodismo e independencia, sátira e información, la Biblia y el calefón, el calendario gregoriano y el revolucionario. El aleph: el todo y la nada.
Y sin embargo, la Agenda anual de Mongolia no solo se ha consolidado, sino que podemos hablar, con toda modestia pero también con orgullo, de que se ha convertido en un éxito que ha desbordado las expectativas que teníamos en el momento de idearla: no solo se agota cada edición, sino que nace siempre, literalmente, con un pan bajo el brazo, puesto que buena parte de la comunidad la encarga (¡y hasta la paga!) meses antes de que vea la luz, desde el mismo momento en que se coloca en preventa en nuestra tienda digital.
Esta nueva edición para 2025 (o 233, según el calendario revolucionario, que el próximo septiembre entrará a 234, como siempre a través del mes de vendimiario) es muy especial: se van a cumplir 50 años de la muerte del dictador Francisco Franco, con lo que afrontamos el año con auténtica hambre por celebrar por todo lo alto esta gran noticia, que en su día ayudó a despegar al sector del cava y allanó el camino hacia la democracia. Con todas las imperfecciones que se quieran, el proceso que se aceleró con la marcha al otro barrio del tirano permitió finalmente dejar atrás uno de los regímenes más atroces y ominosos de la Europa occidental, el único que sobrevivió de la familia de monstruos nazi-fascistas impuestos en la década de 1930, derribados con el enorme sacrificio que supuso la Segunda Guerra Mundial… salvo en España.
Ante semejante efeméride, Mongolia ha tirado la casa por la ventana, con la colaboración, eso sí, de casi 600 mecenas que se han alistado a las fuerzas de vanguardia y rascado el bolsillo para hacer posible esta celebración soñada por todo lo alto: vamos a conmemorar el aniversario con un proyecto maravilloso concebido junto al artista Eugenio Merino, Chistes contra Franco, que nos gustaría representar a lo largo de 2025 en todas las ciudades y museos que lo pidan y que se representará en el Teatro del Barrio de Madrid el día 20 de cada mes, además de con la edición de un pack conmemorativo muy particular.
En la acción teatral, el mongol Darío Adanti recupera chistes populares que se contaban contra el tirano durante la dictadura —y que representaban en sí mismo un auténtico acto de desobediencia que te podía llevar a la cárcel—. Y el pack lo forman un libro en formato misal con estos chistes —bien contextualizados con la colaboración de historiadores y expertos que han colaborado en el proyecto—, un cassette con el audio de Adanti contando los chistes, que evoca las cintas que vendían las gasolineras en el tardofranquismo y que incluirá un QR para poderlo escuchar en dispositivos más contemporáneos, como el teléfono móvil, y un recortable de una de las obras más emblemáticas de Eugenio Merino, Always Franco. El pack puede completarse con un pasaporte de Mongolia para huir del país si los neofranquistas recuperan el Gobierno y, por supuesto, con la Agenda: ante un año tan especial hemos decidido dedicar el grueso de las efemérides que recordamos al antifranquismo.
El imaginario del antifranquismo es también el de la Segunda República, que a su vez se incardina en la misma tradición que arrancó en la Revolución francesa de 1789 y que en buena medida conforma todavía el mundo occidental de nuestros días. Pero por el camino no solo se quedó el original calendario que los científicos y revolucionarios franceses idearon para ayudar a liberar al ser humano de las servitudes impuestas por el trono y el altar, que Napoleón abolió y que ya solo fue recuperado, décadas después, en la breve experiencia de la Comuna de París, aplastada con la misma inquina y dureza que Franco emplearía contra la República española. En nuestro caso, también la República se quedó por el camino cuando los poderes realmente existentes pusieron como trágala la restauración monárquica diseñada por el propio Franco con Juan Carlos I como heredero a título de rey, un pecado original que el establishment democratico convirtió en tabú.
Y sin embargo, el imaginario republicano sigue muy vivo en España —como lo demuestra el hecho de que el CIS ni siquiera se atreve a preguntar por la valoración de la monarquía desde que empezó a encadenar suspensos— y por ello nos produce una satisfacción especial contribuir con esta agenda a ir enlazando las piezas incómodas que conectan la tradición de la Revolución francesa con la del republicanismo español, la Segunda República y el antifranquismo, un recorrido que tuvo que lidiar siempre con la implacable oposición armada de su antagonismo: la contrarrevolución reaccionaria de la alianza del trono y el altar, que en España se expresó en el siglo XX a través del nacionalcatolicismo y la restauración borbónica.
Lamentablemente, en la España de hoy, medio siglo después de la muerte de Franco, todavía quedan signos palpables de esta herencia reaccionaria impuesta y mantenida siempre por la fuerza de las armas. Un ejemplo paradigmático es la supervivencia en el Código Penal del delito de blasfemia, que sigue ahí a través del eufemismo de “ofensa a los sentimientos religiosos” a disposición de las entidades ultraderechistas para utilizarlas como parte de su arsenal para intentar amedrentar a disidentes y librepensadores, coartar el derecho de libertad de expresión y en algún caso, incluso, conseguir abracadabrantes condenas, como la de las compañeras del Coño Insumiso de Málaga.
Ojalá que en este nuevo año, 50 años después de la muerte del tirano, podamos avanzar en la normalización pendiente, aunque los signos de que en realidad ya asoma termidor —y, por tanto, la involución— cada vez son más presentes.
Que termidor nos pille bailando. Y riéndonos.
¡Feliz 2025! ¡Viva 233-234! ¡Viva Mongolia y el heroico pueblo mongol!
¡Venceremos!
La Agenda Mongolia 2025/233 puede adquirirse en tienda.revistamongolia. com a 18,90€ (gastos de envío incluidos).
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