Amarte es un trabajo sucio (pero alguien tiene que hacerlo) de Iñigo Guadarmino es una comedia negra que habla de la lucha por ser alguien y de la nueva economía “colaborativa” que se ha instaurado con su precariedad bajo un rostro amable. La obra está protagonizada por Álex Villazán, Belén Ponce de León, José Emilio Vera y Katia Borlado y podrá verse hasta el 23 de abril en el Teatro Quique San Francisco. 


 

¿Es posible que haya menos humor en esta obra que en otras tuyas? ¿Por qué? 

Creo que hay incluso más humor dado que el tema es serio. Quizás no sea tan bruto como en otras obras. Más termita que dinamita.

Nos dijeron que el neoliberalismo nos iba a traer progreso, pero tenemos precariedad, explotación y autoexplotación, como se ve en tu obra. Encima, se supone que nos tenemos que realizar por la vía del trabajo. ¿Es el colmo de la alienación? ¿Qué diría Marx si levantara la cabeza? 

Como dice la canción “la alienación es para los ricos/y yo me siento más pobre cada día”. Marx posiblemente tendría una embolia si levantara la cabeza. O a lo mejor se arreglaría la barba en una barbería hípster y generaría su propio tofu. Después de la crisis del 2008 parecía que Marx iba a volver, pero me da que sólo vive ya en las camisetas de mucha gente que a veces no sabe quién es Marx, igual que con los Ramones.

¿Es peor no tener tiempo para amar a alguien o no tener tiempo para amarse a una misma? 

El tema es amar, preferiblemente a alguien, porque por mucho que el sistema en el que vivimos diga lo contrario los bienes de consumo no te van a corresponder si les das tu amor.

¿Tiene algo el teatro de consumo fast food?

Aclarar que soy muy fan de cierta “comida rápida”, la adoro, me alimentaría sólo de ella si no me preocupara la presión arterial y la salud en general. Creo que el teatro es lo contrario a esta fast food; el espectador está cautivo, te obliga a prestar atención; ni se puede acelerar la voz, ni cambiar de canal o apagar. Otra cosa es que las temáticas de algunas obras sean de consumo rápido o que la función sea un truño y uno acabe pensando en los pros y contras de rasurarse el vello púbico mientras los actores hacen lo que pueden.

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