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Entrevista a Miguel González: «Vox no es fascista, sino ultranacionalista»
El periodista de ‘El País’ y autor de ‘Vox, SA’ descifra la lógica del partido de Santiago Abascal, muy alejada en realidad de la Constitución: se basa en que la soberanía no reside en el pueblo sino en la nación.
El histórico periodista de El País Miguel González, autor de Vox, SA (Península, 2022) fue el invitado de enero de Mongolity, el show de Mongolia que combina sátira y periodismo con una entrevista en vivo. Lo que sigue son extractos de la charla.
Si Vox llega a gobernar, ¿podremos hacer espectáculos como Mongolity?
Depende de si está en su mano. Tontos no son; van tomando medidas al ritmo que creen que pueden hacerlo, como hemos visto con el aborto en Castilla-León: su objetivo es prohibirlo en todos los supuestos, incluso en caso de violación, pero saben que no lo pueden hacer y entonces van intentando poner trabas hasta tener más fuerza.
¿El objetivo de Vox es la política o el negocio, como insinúa el título de tu libro, Vox, SA?
Las dos cosas. Vox es un grupo de amigos que se forma en 2014. Al principio no acaba de tirar, pero Abascal ya se puso un sueldo mensual de 6.000 euros brutos. Cuando en 2018 empieza su eclosión, rápidamente van tomando medidas para que nadie se lo pueda quitar porque es un business importante.
¿El nacionalismo como negocio?
Abascal es licenciado en Sociología y su trabajo de fin de carrera es una crítica del nacionalismo vasco, que en realidad es contra todo nacionalismo: cómo se basa en mitos irreales y cómo su fuerza es que va al estómago y arrastra a la gente más allá de la racionalidad. Ahora lo hace él: trata de mover a la gente a partir de la visceralidad, la ira y la frustración.
¿Por qué te parece un error llamarles “fascistas”?
Es como llamárselo a Nerón o Atila: anacrónico. Es otro momento histórico. Pero más allá de esto creo que el error es llamar fascista a los 3,6 millones de votantes. A Vox le encanta que se lo digan: les cohesiona.
Pero la descripción debe acercarse a la verdad. Si fueran fascistas, habría que llamarles fascistas.
Creo que son ultranacionalistas. El fascismo histórico no era ultracatólico, salvo Franco, y tenía una política social. A los líderes de Vox les veo más cerca de Putin. Su ideología es que la soberanía no reside en el pueblo, sino en la nación. Por esto no son constitucionalistas. Lo que dicen es que la nación española la forman los vivos, los muertos y los que están por venir. Esto significa que aunque el 90% de los españoles vivos opinemos algo, siempre vamos a ser una minoría si se agregan los muertos y los por venir.
¿Entre los muertos cuentan también a los republicanos?
Ellos se erigen en representantes de los españoles muertos y los por venir… Ojo: todo esto ya lo hemos vivido: ¿en qué mentalidad puede entrar matar a la mitad de los españoles para salvar España? Solo si España está por encima de los españoles. La idea de patria está por encima de la gente real.
Tú eres experto en Defensa y el CNI. ¿Por qué te pusiste a estudiar a Vox? ¿Hay relación entre ambos mundos?
Me provocaba una gran curiosidad intentar entender un movimiento como este. Creo que si no lo entiendes es muy difícil afrontarlo y para ello hay que quitarse todos los prejuicios y mirar qué es lo que hacen y cómo se comportan.
¿No es el partido de los militares?
La ideología de los militares obviamente tiene mucho que ver con el nacionalismo: la bandera, la patria, el juramento… Y luego quieren infiltrarse y tener el máximo poder posible en los poderes fácticos: las Fuerzas Armadas, los cuerpos y fuerzas de seguridad, la judicatura…
En el epílogo hablas de El Yunque: ¿crees que está detrás de Vox?
En este mundo hay una mentalidad conspiranoica y no he querido hacer lo mismo: por esto dejé El Yunque en un epílogo. Pero es verdad que hay algo. Esta secta ultracatólica mexicana tiene bula para mentir y negar la pertenencia a la organización. Para regularizarse en España, crearon la Organización del Bien Común y los estatutos que presentaron decían que eran una filial de El Yunque. Pero cuando se les reclamó un papel que lo demuestre, quitaron el artículo y ya no aparece ninguna referencia, salvo en ese documento original. Y es ahí donde hay un listado de los promotores, que incluye a un candidato de Vox.
¿Pero hasta qué punto tiene influencia en Vox?
Forma parte de un entramado más grande, con Hazte Oír, Legionarios de Cristo… Hay una especie de internacional negra, ultracatólica, con conexiones importantes en América Latina y en EEUU. En este entramado está Vox.
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Si Vox llega a gobernar, ¿podremos hacer espectáculos como Mongolity?
Depende de si está en su mano. Tontos no son; van tomando medidas al ritmo que creen que pueden hacerlo, como hemos visto con el aborto en Castilla-León: su objetivo es prohibirlo en todos los supuestos, incluso en caso de violación, pero saben que no lo pueden hacer y entonces van intentando poner trabas hasta tener más fuerza.
¿El objetivo de Vox es la política o el negocio, como insinúa el título de tu libro, Vox, SA?
Las dos cosas. Vox es un grupo de amigos que se forma en 2014. Al principio no acaba de tirar, pero Abascal ya se puso un sueldo mensual de 6.000 euros brutos. Cuando en 2018 empieza su eclosión, rápidamente van tomando medidas para que nadie se lo pueda quitar porque es un business importante.
¿El nacionalismo como negocio?
Abascal es licenciado en Sociología y su trabajo de fin de carrera es una crítica del nacionalismo vasco, que en realidad es contra todo nacionalismo: cómo se basa en mitos irreales y cómo su fuerza es que va al estómago y arrastra a la gente más allá de la racionalidad. Ahora lo hace él: trata de mover a la gente a partir de la visceralidad, la ira y la frustración.
¿Por qué te parece un error llamarles “fascistas”?
Es como llamárselo a Nerón o Atila: anacrónico. Es otro momento histórico. Pero más allá de esto creo que el error es llamar fascista a los 3,6 millones de votantes. A Vox le encanta que se lo digan: les cohesiona.
Pero la descripción debe acercarse a la verdad. Si fueran fascistas, habría que llamarles fascistas.
Creo que son ultranacionalistas. El fascismo histórico no era ultracatólico, salvo Franco, y tenía una política social. A los líderes de Vox les veo más cerca de Putin. Su ideología es que la soberanía no reside en el pueblo, sino en la nación. Por esto no son constitucionalistas. Lo que dicen es que la nación española la forman los vivos, los muertos y los que están por venir. Esto significa que aunque el 90% de los españoles vivos opinemos algo, siempre vamos a ser una minoría si se agregan los muertos y los por venir.
¿Entre los muertos cuentan también a los republicanos?
Ellos se erigen en representantes de los españoles muertos y los por venir… Ojo: todo esto ya lo hemos vivido: ¿en qué mentalidad puede entrar matar a la mitad de los españoles para salvar España? Solo si España está por encima de los españoles. La idea de patria está por encima de la gente real.
Tú eres experto en Defensa y el CNI. ¿Por qué te pusiste a estudiar a Vox? ¿Hay relación entre ambos mundos?
Me provocaba una gran curiosidad intentar entender un movimiento como este. Creo que si no lo entiendes es muy difícil afrontarlo y para ello hay que quitarse todos los prejuicios y mirar qué es lo que hacen y cómo se comportan.
¿No es el partido de los militares?
La ideología de los militares obviamente tiene mucho que ver con el nacionalismo: la bandera, la patria, el juramento… Y luego quieren infiltrarse y tener el máximo poder posible en los poderes fácticos: las Fuerzas Armadas, los cuerpos y fuerzas de seguridad, la judicatura…
En el epílogo hablas de El Yunque: ¿crees que está detrás de Vox?
En este mundo hay una mentalidad conspiranoica y no he querido hacer lo mismo: por esto dejé El Yunque en un epílogo. Pero es verdad que hay algo. Esta secta ultracatólica mexicana tiene bula para mentir y negar la pertenencia a la organización. Para regularizarse en España, crearon la Organización del Bien Común y los estatutos que presentaron decían que eran una filial de El Yunque. Pero cuando se les reclamó un papel que lo demuestre, quitaron el artículo y ya no aparece ninguna referencia, salvo en ese documento original. Y es ahí donde hay un listado de los promotores, que incluye a un candidato de Vox.
¿Pero hasta qué punto tiene influencia en Vox?
Forma parte de un entramado más grande, con Hazte Oír, Legionarios de Cristo… Hay una especie de internacional negra, ultracatólica, con conexiones importantes en América Latina y en EEUU. En este entramado está Vox.
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