Bob Pop vuelve al Teatro del Barrio con el espectáculo unipersonal que estrenó en este escenario hace dos años: Los Días Ajenos de Bob Pop, solo un día: el montaje estará en cartel del Teatro del Barrio el próximo 25 de marzo.  

Los Días Ajenos de Bob Pop es una obra que el propio Bob Pop ha escrito a partir de su libro homónimo y cuenta con la mirada escénica de Andrés Lima. La propuesta es una puerta abierta a la memoria de este comunicador, que narra sus experiencias personales y se encuentra a sí mismo en las ajenas: en sus lecturas, en sus referentes, en sus ausencias... El artista se encuentra con el público prácticamente sin guion, improvisando. 

Bob, las personas que te seguimos y admiramos tenemos la sensación de conocerte de toda la vida. ¿Qué vamos a encontrar de nuevo en este espectáculo?

Me vais a encontrar a mí escrito por otras, por otros, por mí yo del pasado y mi cabeza del presente. Vais a ver cabaret intelectual, un baile que se mueve de la risa a la emoción, de la ternura a la rabia. Vais a vivir un viaje y os voy a llevar en brazos.

Haces autoficción, como Vila Matas. ¿Es sensación nuestra o a la autoficción la han ido criticando conforme ha ido ganando aceptación en el público?

Ojalá fuera tan bueno como Vila Matas. Y ojalá toda la auto ficción fuera tan estupenda como la de Vila Matas. A lo mejor las críticas que empieza a recibir la auto ficción tienen que ver con que quienes disfrutamos de la original estamos empezando a cansarnos de sucedáneos mediocres. Ah, y yo no hago auto ficción, yo hago una mezcla de confesión mamarracha con erudición frívola. 

Qué pedazo de lector eres, Bob. Y compartes en redes tus lecturas. ¿Crees que la literatura es el arte total?

Creo que es el mejor refugio contra el ruido y el vacío que somos. Y la mejor forma de huir del algoritmo. Que escribir es mentira y leer es verdad.

¿Por qué te decidiste a hacer esta escenificación, nada menos que con la mirada escénica de Andrés Lima?

Porque escribir es muy solitario y quería compañía en el patio de butacas. Lo de Andrés Lima fue un regalo de la vida; que alguien tan sabio quisiera ordenarme las ideas en escena y se divirtiera con ellas es una fantasía. Y una enorme felicidad.

Hay mucho de improvisación, ¿no? ¿Hay que tener muchas tablas para ser capaz de improvisar?

Y muy poca vergüenza. Y la cabeza tan loca como la mía. 

En el espectáculo haces referencia a diarios de firmas como Alejandra Pizarnick, Andy Warhol, Cesare Pavese, Fran Kafka o Leo Tolstoi escribieron para buscar consuelo huyendo de las mismas tristezas que lo hacemos en el presente, ¿no? ¿Tanta inteligencia artificial y tanto ir a la luna para esto?

Es que la inteligencia siempre ha sido artificial porque ha sido ajena. Nuestra inteligencia natural es escasa; por eso nos alimentamos de la inteligencia de otras personas, que nos llega a través de artificios como los libros, las películas o el teatro.

Hablas de muchas de tus experiencias. Por ejemplo, de la precariedad laboral, que también te ha venido de parte de la izquierda. ¿Seguramente el problema sea el sistema? Tú mismo (como todo el mundo) te has autoexplotado. ¿Es el colmo de la alienación? ¿Qué pensaría Marx si levantara la cabeza?

La autoexplotación es el gran triunfo del capitalismo. Y no sé si Marx, sí levantara la cabeza, podría esquivarla. 

Como sabes, Revista Mongolia está defendiéndose de las denuncias de plataformas vinculadas a Abogados Cristianos, y hemos pasado directamente a pedir que se acabe con el delito de ofensas a la religión, porque penaliza la blasfemia. Javier Durán (subdirector de Late Motiv) y tú señalasteis también a la ultraderecha de Movistar. ¿El control de pensamiento se ejerce desde el control que otorga el dinero? 

El dinero, el poder y lo pesados que son. La ultraderecha gana por aburrimiento y solo podemos detenerla defendiendo el progreso con diversión e inteligencia. Yo hago lo que puedo.

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