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Adel Aït Zineb es un cómico de 24 años de origen magrebí que, como buena parte de la gente migrante, ha sufrido racismo y xenofobia en España. Para sobrellevarlo y combatirlo utiliza el humor: este 23 de noviembre actúa en el Teatro del Barrio con su monólogo Banana Republic.
Con sus ironías, Adel ha pisado ya la mayoría de las salas off de comedia. “Básicamente hablo de mis orígenes y de mi familia”, cuenta. También de situaciones más espinosas relacionadas “con la policía o el ámbito religiosos, de las cosas que vivo y de las que veo”. Y, de forma muy especial, ironiza sobre “el prejuicio”.
Para el artistsa, en esta época “peligrosa y volátil”, este tipo de espectáculo y entretenimiento es necesario: “con el avance de ciertas corrientes políticas es importante conocer otros puntos de vista para evitar caer en posturas eurocentristas”. Y qué mejor que hacerlo “con una chispa de humor negro, gracia y alegría”.
¿Por qué decidiste hacer humor para combatir el racismo?
Contar historias absurdas, increíbles y graciosas delante de gente siempre me ha gustado. Pero, al mismo tiempo, desde mi punto de vista también lo veo como una labor social, ya que mi intención es demostrar que el estereotipo no tiene por qué ser la regla, para que la mujer del metro no se asuste y se coja el bolso cuando me vea.
¿Somos racistas en España?
Hace unos cinco años vi un estudio de Pew Research Center (un centro de estudios sociales estadísticos americano) en el que se decía que un 47% de la población española tenía cierta animosidad hacia la gente que provenía de países musulmanes. Entonces, si salgo a la calle, ¡¿la mitad de la calle me odia?! Cabe decir que el estudio se hizo en el pico de los atentados que veíamos cada día en la tele en esa época, y este es uno de los motivos por el Yunez Chaib aparece en La Resistencia para hacer chistes con un trasfondo antirracista, y también uno de los motivos por el que yo creo que la comedia también puede ser una labor social en vez de simple comedia.
¿Qué situaciones inspiradoras para tus monólogos has vivido?
Las situaciones inspiradoras pueden venir en cualquier momento. A mí, la verdad, me han atrapado andando por la calle, al ver algo que me ha llamado la atención. También mientras me estoy duchando o mientras estoy en mi cama mirando el techo de la habitación. La inspiración siempre viene de forma inesperada, y creo que lo mejor no es buscarlo o forzarlo, porque puedes ponerte a pensar en sacar chistes y al final no sacas nada o sacas chistes malos. Tienes que ir con el flow de la vida como si fueras un rastafari de Jamaica.
¿Crees que la extrema derecha tiene sentido del humor? ¿Qué harían si vieran tus espectáculos?
La extrema derecha tiene sentido del humor para la extrema derecha: los únicos que se van a reír son los fachas, pero cualquier otra persona seguramente no tanto. Yo he actuado en sitios donde el público iba con crucifijos, la camisa, los zapatos de cuero, la pulserita de la rojigualda y las patillas. Gente que, sinceramente, no parece que al final del show me vaya a llevar en volandas para quemarme en la plaza del pueblo. Pero, al final, lo que hacen cuando se enteran de qué va mi humor es no reírse o reírse de los chistes que hablan de temas controvertidos como la religión o las experiencias racistas que me pasan. Se ríen, pero no logran ver la crítica social y el trasfondo antirracista debido a su ignorancia tribalista. Simplemente se ríen porque para ellos soy un “moro” que tiene que pasar por este tipo de cosas. Es curioso ver como el clasismo está ligado al racismo, ya que si yo fuese de Dubai en vez de Marruecos o Argelia, para ellos ya no sería un “moro”, si no que sería un árabe.
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