print $title?>
En No soy tu gitana nos reímos del racismo porque tiene un lugar absurdo y ridículo”

Foto: Laura Ortega.
¿Cómo surge la idea de hacer este monólogo? En Pretendemos Gitanizar el Mundo nos dedicamos a crear una contranarrativa e investigar la historia del Pueblo Gitano, que ha sido invisibilizada o contada por hombres blancos, payos en su mayoría. De ahí nuestros libros y un taller que veníamos desarrollando desde hace varios años, contra el antigitanismo. Conversando con Pamela me sugirió convertirlo en una obra de teatro y nos pareció buena idea para que llegara a más gente. Yo, Silvia, había visto muchas veces No solo duelen los golpes, y para mí fue inspirador sobre cómo contar una opresión tan compleja y que llegara a tanta gente. Después conocí a Nüll y vi su corto Ferrotipos, y me asombró la sensibilidad de cómo hablaba del machismo y yo también quería que eso estuviera en la manera de contar esta historia.
¿Nos pondrías ejemplos de clichés de gitanas que se subvierten en el espectáculo? El cliché de la ladrona, el de la gitana en moño y bata, el de la sumisa, con muchísimos hijos y oprimida.
Lo habéis diseñado en formato próximo al stand up, ¿verdad? No es exactamente stand up, pero sí que hay elementos de ese estilo y nos parecía que utilizar el humor y el diálogo directo con el público servía para contar mejor esta historia que es, en el fondo, muy compleja. Sí que hemos visto muchos monólogos de stand up, uno que ha sido muy inspirador es el de La historia latina para idiotas de John Leguizamo.
Foto: Laura Ortega
¿Cualquier persona está legitimada para hacer humor sobre gitanas o sola las gitanas? El humor siempre de abajo a arriba. En la obra, al final nos reímos del racismo porque tiene un lugar absurdo y ridículo.
Toda la información sobre la obra aquí.
¡APOYA A MONGOLIA!
Suscríbete a Mongolia y ayuda a consolidar este proyecto de periodismo irreverente e insumiso, a partir de solo 38 euros al año, o dona para la causa la cantidad que quieras. ¡Cualquier aportación es bienvenida!