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Homenaje a Billy El Niño, o las torturas sobre las que también se hizo la Transición
Homenaje a Billy El Niño es la nueva producción de Teatro del Barrio, se estrena el próximo 23 de marzo. Es un texto de Ruth Sánchez y Jessica Belda, con dirección de Eva Redondo e interpretación de Antonio Gómez, Jesús Barranco y Jessica Belda. La obra exhibe las huellas de nuestro pasado, la violencia con la que también se construyó la Democracia en España: ofrece el testimonio de las torturas que causó, en los años 70, el jefe de policía Antonio González Pacheco, alias Billy el Niño, condecorado por la Dictadura con unas medallas que nunca revocaron los gobiernos de la Democracia. Hablamos Ruth Sánchez.
¿Cómo surge la idea de investigar la figura de Billy El Niño?
A partir de otra investigación que Jessica y yo estábamos haciendo para Españolas, Franco ha muerto sobre las mujeres en la Transición. Se barajó la posibilidad de que Billy el niño apareciera como personaje pero se nos hacía odioso, invasivo y, además, nos obligaba a llevar la obra por derroteros que no queríamos. Así que, decidimos sacarlo y hacer otra obra.
¿Por qué lo planteáis como un homenaje?
Primero para hacerle honor a la verdad. ¿O es que no son homenajes sus medallas? Homenajes institucionales, además. Y después para recordar, recordarnos que los homenajes no se dan solos. Siempre hay alguien que los decide, que los ejecuta. Y otros muchos los que los asumen pasivamente, como espectadores, sin apenas crítica, como si eso no fuera con ellos. Y sin embargo va.
¿Cómo fue el proceso de investigación?
La investigación la han hecho otras y otros por nosotras. En concreto en Argentina, la jueza Servini en lo que aquí se llama “La querella argentina”. Un conjunto de denuncias contra los crímenes cometidos por el franquismo. Nosotras la hemos leído y adaptado. Además, hemos hecho otras lecturas sobre la propia transición especialmente sobre su condición violenta.
¿En qué medida ha cambiado la obra con la dirección de Eva Redondo?
A mejor, por supuesto. Eva ha entendido el texto, que nos ha salido tragicómico, y sus ritmos. Pero, además, Eva no ha olvidado en ningún momento el respeto que merece un tema como el de las torturas y en especial su representación escénica. Lo ha tenido en mente desde el primer momento. Es importantísmo en textos como el nuestro que la directora te sepa leer y esté en completa sintonía política y estética.
¿Fue la Ley de Amnistía una ley de punto final?
Sí. Una ley humillante para las víctimas que lucharon por la democracia que después otros usurparon. Una ley en la que víctimas y verdugos se equipararon.
¿Qué tendría que pasar para poder reparar la imagen que tenemos de la Transición hacia otra más realista y justa con la memoria de quienes sufrieron torturas?
Ya nada. La Transición ya ocurrió así que, si reparáramos su imagen estaríamos mintiendo. Otra cosa es que la verdad aflore y que se repare a las víctimas y que, de paso, eso ayude a construir más democracia. Verdad, justicia y reparación.
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