print $title?>
DIVINA TRANSICIÓN
¡Bienvenido, PSOE!
Por Martincito de la Villa
Debo proclamarlo a los cuatro vientos: estoy feliz. Por un momento temí que habíamos perdido para siempre al PSOE por sus amistades con las hordas anticonstitucionales; sin embargo, gracias a que Felipe le cantó las cuarenta, el partido ha regresado al espíritu del 78. ¡Qué hermoso ese acuerdo al que llegó con el PP para renovar el Tribunal Constitucional! ¡Qué obra de filigrana pactista! ¡Qué altura de Estado! Tal vez sea cierto lo que se dice en algunos corrillos de que los dos magistrados propuestos por el PP tienen algunos lunares en su trayectoria, pero, ¿acaso no demostró la Divina Transición que unos pecadillos del pasado nada significan ante la grandeza de un acuerdo?
Más emocionante aún fue lo que hizo la presidenta del Congreso, la socialista Meritxell Batet, quien, sin que nadie se lo pidiera, guiada tan solo por los más excelsos valores de la convivencia, retiró al escaño a un alborotador peludo que agredió a uno de nuestros policías. Batet entendió, como lo hicimos los arquitectos de la Transición, que hay circunstancias históricas en que es necesario elegir entre la democracia y el orden. En suma: todo se ha ido reencauzando por el bien de España. Pero mi alegría nunca será plena mientras no se produzca la simbiosis total y nazca el PPS. El Partido Popular Socialista.
¡APOYA A MONGOLIA!
Suscríbete a Mongolia y ayuda a consolidar este proyecto de periodismo irreverente e insumiso, a partir de solo 35 euros al año, o dona para la causa la cantidad que quieras. ¡Cualquier aportación es bienvenida!
Debo proclamarlo a los cuatro vientos: estoy feliz. Por un momento temí que habíamos perdido para siempre al PSOE por sus amistades con las hordas anticonstitucionales; sin embargo, gracias a que Felipe le cantó las cuarenta, el partido ha regresado al espíritu del 78. ¡Qué hermoso ese acuerdo al que llegó con el PP para renovar el Tribunal Constitucional! ¡Qué obra de filigrana pactista! ¡Qué altura de Estado! Tal vez sea cierto lo que se dice en algunos corrillos de que los dos magistrados propuestos por el PP tienen algunos lunares en su trayectoria, pero, ¿acaso no demostró la Divina Transición que unos pecadillos del pasado nada significan ante la grandeza de un acuerdo?
Más emocionante aún fue lo que hizo la presidenta del Congreso, la socialista Meritxell Batet, quien, sin que nadie se lo pidiera, guiada tan solo por los más excelsos valores de la convivencia, retiró al escaño a un alborotador peludo que agredió a uno de nuestros policías. Batet entendió, como lo hicimos los arquitectos de la Transición, que hay circunstancias históricas en que es necesario elegir entre la democracia y el orden. En suma: todo se ha ido reencauzando por el bien de España. Pero mi alegría nunca será plena mientras no se produzca la simbiosis total y nazca el PPS. El Partido Popular Socialista.
¡APOYA A MONGOLIA!
Suscríbete a Mongolia y ayuda a consolidar este proyecto de periodismo irreverente e insumiso, a partir de solo 35 euros al año, o dona para la causa la cantidad que quieras. ¡Cualquier aportación es bienvenida!