Cicuta Mediática: El misterio de la boda de Cebrián
Todo es misterio en la visita de Cebrián al Teatro Real de Madrid. Si te gusta Cicuta, puedes donar al final de este texto
22.09.2016
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Cuando Mongolia se topó con Juan Luis Cebrián y su joven novia en la plaza de la Ópera de Madrid tan engalanados y espléndidos, lo primero que nos pasó por la cabeza es que se casaban y hasta estuvimos a punto de gritar, presos de la emoción y a pesar de nuestras muchas diferencias: “¡Viva los novios!”.
Pero luego nos dimos cuenta de que algo no cuadraba: ¿una provocación así en pleno rifirrafe judicial con Teresa Aranda? ¿Y los testigos? No se veía cerca ni a Felipe González ni a Farshad Massoud Zandi ni a ningún señor de la guerra de Sudán del Sur. Por tanto, descartado: no podía haber boda.
Pero entonces, ¿por qué tan noble vestimenta? En seguida pareció evidente: tenía que ser la apertura de la nueva temporada de ópera del Teatro Real, con la presencia de los reyes, Felipe y Letizia, y la cohorte de Grandes de España -oficiales o no- que les acompañaban. Si los reyes presidían, etiqueta máxima: el misterio parecía resuelto.
Sin embargo, los sabios consejos del Cebrián periodista -¿cómo seré yo cuando no sea yo?-, muchos de ellos vertidos en sus Cartas a un joven periodista, retumbaron en la cabeza de los mongoles ya entrados en carnes: es preciso desconfiar siempre de lo que aparece evidente y todavía más si está el poder detrás...
¿Y si no fuera por los reyes? ¿Y si Felipe y Letizia fueran solo la excusa?
Y entonces Mongolia vislumbró al tapado, al jefe del Teatro Real, al anfitrión de tan magno evento: Gregorio Marañón y Bertrán de Lis, consejero del Prisa y artífice del sueldazo de 12 millones de euros a Juan Luis Cebrián coincidiendo con la lluvia de EREs en el grupo y hasta en El País. Gregorio Marañón y Bertrán de Lis, sí: el presidente del Comité de Retribuciones de Prisa que pidió un informe sobre el sueldo de Cebrián precisamente a la consultora Spencer Stuart, cuyo consejo asesor también presidía.
Si te ha concedido 12 millones pidiendo informes a sí mismo para poderlo justificar, lo normal es vestirse un poco bien cuando te invita.
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Info y ayuda: revistamongolia@revistamongolia.com
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Pero entonces, ¿por qué tan noble vestimenta? En seguida pareció evidente: tenía que ser la apertura de la nueva temporada de ópera del Teatro Real, con la presencia de los reyes, Felipe y Letizia, y la cohorte de Grandes de España -oficiales o no- que les acompañaban. Si los reyes presidían, etiqueta máxima: el misterio parecía resuelto.
Sin embargo, los sabios consejos del Cebrián periodista -¿cómo seré yo cuando no sea yo?-, muchos de ellos vertidos en sus Cartas a un joven periodista, retumbaron en la cabeza de los mongoles ya entrados en carnes: es preciso desconfiar siempre de lo que aparece evidente y todavía más si está el poder detrás...
¿Y si no fuera por los reyes? ¿Y si Felipe y Letizia fueran solo la excusa?
Y entonces Mongolia vislumbró al tapado, al jefe del Teatro Real, al anfitrión de tan magno evento: Gregorio Marañón y Bertrán de Lis, consejero del Prisa y artífice del sueldazo de 12 millones de euros a Juan Luis Cebrián coincidiendo con la lluvia de EREs en el grupo y hasta en El País. Gregorio Marañón y Bertrán de Lis, sí: el presidente del Comité de Retribuciones de Prisa que pidió un informe sobre el sueldo de Cebrián precisamente a la consultora Spencer Stuart, cuyo consejo asesor también presidía.
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