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Cicuta Mediática #14: 29 de enero de 2015
La Razón afirma en portada el 22/1 que Monedero debió declarar su asesoría bolivariana por IRPF y no por Sociedades, una “treta” que según el diario de Francisco Marhuenda permitió ahorrar al político de Podemos unos 100.000 euros. ¿Y cómo facturaba Marhuenda su asesoría al Colegio de Graduados Sociales de Barcelona mientras era jefe de Gabinete de Rajoy? ¿No utilizaba para ello la empresa Estrategias, Asesoramiento y Comunicación? ¿Y dónde están las facturas de las asesorías previas a 1998 que nunca encontró el auditor? ¿Hay “treta”?
En La prisa de los enterradores (La Vanguardia, 22/1), Francesc Marc-Álvaro arremete contra el “yo ya lo decía” que atribuye a columnistas críticos con la independencia… y luego nos regala nada menos que tres autocitas en un único artículo. Ahora que se anuncian recortes en La Vanguardia, ¿no debería pagarse menos por cada autocita ya publicadas en el mismo diario?
Salvador Sostres escribe sobre Monedero, en El demonio (22/1): “Monedero tiene en la mirada la guillotina jacobina, la checa republicana, el gulag estalinista, el garrote y los campos de concentración. Todas las formas de miseria y muerte en su máximo esplendor”. Qué moderados son los diarios liberales españoles.
El 23/1 El País no considera que la salida de la cárcel de Luis Bárcenas merezca aparecer en su portada y hay que ir hasta la ¡sexta página! de Nacional para encontrar la noticia. En la foto de portada prefiere a Pablo Iglesias con Alexis Tsipras… ¡Para que luego digan que hay una campaña de Prisa contra Podemos!
El País cede su artículo noble de opinión a Juan María Nin para que defiende el polémico TTIP (El necesario entendimiento transatlántico, 23/1) y lo presentan como "presidente de la Fundación Consejo España-EEUU" pasando por alto su conexión con el sector financiero: hasta anteayer era consejero delegado de Caixabank y antes del Banco Sabadell. Por cierto: ¿cómo se habrá tomado Isidro Fainé que su último purgado firme con letras nobles en su periódico?
El País reparte el 23/1 una página entera de Cultura entre un acto de la Fundación Botín -con foto del ex director Javier Moreno incluida-, por arriba, y un acto del Caixaforum por abajo. Hubiera podido advertir al sufrido lector que el Banco Santander y Caixabank son accionistas de referencia de la editora del periódico.
En El presidente Bienqueda (Abc, 23/1), Hermann Tertsch escribe que Zapatero y Obama comparten “ese funesto hábito de creerse muy seriamente su pretendida superioridad moral e intelectual”. No como el autor del artículo, ¿no? Por cierto: ¿cuándo volverá Tertsch a escribir sobre Pegida ahora que sabemos que su líder se disfrazaba de Hitler?
El País destaca,como todos los periódicos, la barbarie del desahucio en Madrid de la familia de Wilson Ruilova, Cecilia Paredes y su bebé de un mes y medio de vida (Desahuciada una familia de Madrid cuyo piso fue vendido a un fondo buitre, 24/1), pero no nos da el nombre de ese fondo de inversión, que resulta ser una filial de Blackstone. ¿Será porque el hombre en España de este fondo, Claudio Boada, es consejero del Grupo Prisa, editor de El País?
En Expansión monetaria y riesgo compartido (El País, 24/1), Guillermo de la Dehesa sostiene que "para la estabilidad económica europea es más seguro mutualizar totalmente la garantía de la deuda en el BCE que repartir la mutualización entre los bancos nacionales". De acuerdo. ¿Pero no sería mejor que El País adviritiera que el autor es vicepresidente de uno de estos "bancos nacionales" -el Banco Santander-, que además participa en el accionariado del diario?
El domingo 25/1, La Vanguardia le da otro semáforo verde a Jorge Fernández Díaz -¡otro!- por proteger nuestra seguridad…. Y a todo eso, ¿qué pensará Xavier Trias, con el dineral que se deja en publicidad del Ayuntamiento de Barcelona en el diario que no para de regalar semáforos verdes a su gran enemigo?
Al director de Abc, Bieito Rubido, ahora le da por escribir cada día un artículo muy breve y está dejando aflorar todo el talento que llevaba dentro. En Menos mal que estaba Rajoy (25/1), escribe: “Menos mal que estaba Rajoy. Por moderado, por centrado, por prudente, por paciente, por poseer sentido de Estado y de la Historia. Por la lealtad a su país. Por independiente y por carecer de intereses personales. Menos mal que estaba Rajoy”. Esto es un director de periódico de referencia, sí señor. Qué pena que cada vez se lean menos por culpa de Internet.
Enric Juliana se pone nostálgico en Euro-comunismo (La Vanguardia, 26/1) evocando de forma muy poética y entusiasta el poso eurocomunista de Syriza. ¿Se habrá sentido mientras tecleaba como si aún escribiera en Treball, el diario del PSUC?
El nuevo mantra de Rajoy es “O yo o el caos” (Podemos) y Expansión lo convierte ipso facto en una portada el 26/1: divide simétricamente el espacio entre El radical Tsipras gana en Grecia y una entrevista a De Guindos: "España no es Grecia, aquí se evitó el rescate". De algo debe de servirle a De Guindos haber sido miembro del consejo de Unidad Editorial, editora de Expansión, hasta que Rajoy le llamó.
El País regala una página a Oleguer Pujol para que explique es inocente ("No tengo 3.000 millones, ni 89”, 27/1) y va repasando varias operaciones de su fondo Drago Capital, incluida la adquisición de la red de oficinas del Banco Santander. Una pena que no se le pregunte también por otra controvertida operación de Drago: la compra de los inmuebles del propio Grupo Prisa, editor de El País.
El País se escandaliza porque Monedero “falseó el currículo sobre sus cursos en Alemania y en México” (28/1) y todo porque en lugar de “profesor invitado” no puso “profesor que fue invitado” o algo por el estilo. Si hay que hilar tan fino, ¿qué tal si empezamos con los “enviados especiales” de El País? Cuando se dice que el diario tiene un “enviado especial” a zonas de ébola o a Siria… ¿Es realmente de El País? ¿Lo ha contratado? ¿O es una exageración? ¿Cuántas veces ha falseado El País que tiene “enviados especiales” por doquier?
Los grandes diarios van el 28/1 cargadísimos de información independiente y pugnaz contra los radicales de Syriza, el gañán Monedero y la pérfida Tania Sánchez, pero todos llegan envueltos en tapas falsas del Banco Santander, accionista de referencia de varios de ellos y anunciante imprescindible de todos. Ante semejante metáfora de la libertad de prensa en España y exhibición descarnada de quién manda a aquí… ¿A alguien realmente le importa lo que se diga debajo del envoltorio?